diciembre 19, 2024

Soberanía Alimentaria | La publicidad bombardea a los pibes y a sus familias

Soberanía Alimentaria | La publicidad bombardea a los pibes y a sus familias

La soberanía alimentaria es la contracara del mercado agropecuario y financiero. Nace en oposición a los mandatos de la Organización Mundial de Comercio, quién determina a qué se tienen que dedicar cada país según las conveniencias del mercado.

Carlos Caballo, ingeniero agrónomo y coordinador de la Cátedra libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Agronomía de la UBA, dialogó en Radio Gráfica sobre la soberanía alimentaria y sus políticas en el país «discutir alimentación es trascendente para discutir modelo de sociedad y modelo de desarrollo. Porque estamos hablando de un derecho humano fundamental».

Entrevistado por Vivian Elem y Enrique Martín, dijo que estamos ante «un viejo, ignorado y subestimado problema que hoy nos golpea fuertemente. Hemos negado a lo largo de nuestra historia los serios problemas de alimentación y nutrición. Hay todo una historia desde 1900 para adelante que da cuenta de sucesivas crisis que van desde principios de siglo. La década del 30, el primer gobierno peronista, la llegada de Alfonsín, el Programa Alimentario Nacional y la crisis del 2001».

Agregó «por suerte lo  vamos reconociendo y podemos valorar su importancia. El diagnóstico reconoce 2 tipos de problemáticas esenciales. Quiénes no tienen acceso a los alimentos por problemas de ingreso, por falta de tierra y agua para producirlo. Y está la problemática complementaria que es la pésima calidad de alimentación que estamos teniendo».

El Ministerio de la Nación realizó una última encuesta en el 2018, de alta confiabilidad y cobertura nacional. «El 70% de la población tiene problemas de obesidad o sobrepeso, un 30% tiene problemas de colesterol y un 10% diabetes. Además, el crecimiento alarmante de algunas enfermedades no transmisibles vinculadas a la alimentación como la celiaquía y el hipotiroidismo. No aparece el cáncer porque es muy difícil demostrar la relación directa entre cáncer y tipo de alimentación».

Información complementaria, rigurosa y científica señala que «el grueso de las frutas y verduras que entran a la Ciudad de Buenos Aires por el mercado central están contaminadas con residuos de plaguicidas que provocan problemas de salud».

La Cátedra de Soberanía Alimentaria de la carrera de Nutrición de la Facultad de Medicina de la UBA ha gestado la nueva palabra: OCNI, y refiere a los objetos comestibles no identificados «son alimentos que son resultado de un complejo proceso industrial donde se le agrega una cantidad de sustancias como humectantes, acidificantes, endulzantes, colorantes, etc. que genera muchos problemas de salud».

La soberanía alimentaria reconoce a la producción, la circulación y el consumo de alimentos como parte de un sistema. El consumo está adaptado a una cultura: «el estilo de modernización de nuestra sociedad ha provocado cambios culturales muy profundos que incluyen los hábitos alimentarios. 50 años atrás había una mamá o una abuela con mucho tiempo dedicado a la cocina. Pero ese alguien pasó a trabajar fuera de la casa. Hay menos tiempo para comprar y cocinar. Antes el comer era una instancia para estar juntos, para charlar o para discutir, era algo comunitario. El alimento era un acto cultural, político y económico. Y ahora se ha transformado casi en una rutina».

Increpó «¿Quiénes son los responsables de esto? ¿Cómo se construyen los hábitos alimentarios de una sociedad? «; y sostuvo «la Fundación Interamericana del Corazón ha hecho estudios muy rigurosos acerca de la publicidad de los canales y los programas infantiles. Pone a la luz, como a los niños los bombardean con alimentación y con la construcción de hábitos no saludables. Lo mismo le pasa al resto de la familia».

Finalmente, sobre el debate respecto al consumo de carne que plantean los veganos  indicó «la reflexión es en qué contexto histórico estamos analizando esto y cuál es el sector social de los cuáles estos jóvenes son emergentes. Evidentemente tienen otras opciones y hacen bien en hacerse preguntas. Eso nos obliga a hacernos preguntas también a nosotros. En la feria de agronomía participamos activamente. Hay comida vegetariana, para celíacos, vegana y tradicionales de distintas partes de América latina. La alimentación tiene que ver con la economía, la cultura y la vida. Tenemos que discutir todo estos problemas y eso nos lleva al corazón de quién y porqué decide cómo nos alimentamos».

LI/RG/GF

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