Cristina Fernández de Kirchner estuvo en la inauguración del 13º Encuentro Nacional de Trabajadoras Bancarias, acompañando a la secretaria de Derechos Humanos Género e Igualdad y candidata a diputada nacional Claudia Ormachea y el titular del sindicato Sergio Palazzo. Allí, la precandidata a vicepresidenta por el Frente de Todos, brindó un discurso destacando el rol de las mujeres en el mundo del trabajo y la política.
«Quiero referirme al colectivo de las mujeres en general y a los jóvenes. Porque estas más de 800 delegadas son, además de mujeres, jóvenes. ¿Por qué digo esto? Porque en estos tiempos que Sergio (Palazzo) ha descrito con gran precisión y con dramatismo, estos son los dos colectivos más afectados. Hablo de esas mujeres, miles, cientos, que han perdido el trabajo registrado que tenían. Hablo de las que tenían changas. Hace unos días vimos una cola cerca de mi ciudad, La Plata, por olmos, una cola de un kilómetro y medio de mujeres y pibes que iban por un trabajo de guardiacerceles», expresó Cristina al principio de su alocución.
Haciendo alusión a María Eugenia Vidal, señaló que «lo más grave es que otra mujer que tiene la responsabilidad de gobernar y conducir nada más ni nada menos que la provincia que significa un tercio del producto bruto nacional, esa provincia que además representa el 31% de trabajadores registrados» y puntualizó que «si quien tiene la responsabilidad de conducir ese gigante que debería ser una polea económica, cuando ve esa cola niega la situación diciendo que no era por eso, sino para estudiar de guardiacarceles». En ese sentido aseguró que «es hora de que en la política se pueda hablar de sentimientos, de sensibilidad».
La ex presidenta profundizó esta idea: «Es hora de que la política no solamente demande capacidades, sino también sensibilidad. Que los dirigentes políticos, además de la capacidad para decidir, tengan sensibilidad. Se puede ser capaz, pero si no te importa un corno lo que le pasa a la otra ¿De qué sirve esa capacidad? Y además esa capacidad y sensibilidad son dos elementos que tienen que estar en la política. El gran problema que tenemos hoy en el país es que nada de eso los conmueve. A lo mejor porque nunca sufrieron eso en su casa, no es el ámbito de ellos. Es necesario, en serio, volver a tener capacidad y sensibilidad en la Casa Rosada y en cada uno de los lugares en que los dirigentes políticos tenemos que tomar decisiones».
«Creo que es importante desde la política entender que no solamente la política o la vida o la democracia puede ser únicamente que la gente lo único que pueda hacer sea trabajar y no tener nada más. Eso no es vida. Desde muy chica milito en política, y no creo que eso deba ser así. Quiero una Argentina donde la gente vuelva a ser feliz. A disfrutar el fin de semana, a poder comprarle algo al hijo a fin de mes, poder salir un fin de semana, que la familia pueda ir a comer afuera. Se trata de volver a tener una vida normal. No estar muriéndose de frío en una casa porque no se sabe cuánto va a venir en la factura».
A pocos días de las PASO la precandidata a vicepresidenta apuntó: «A la responsabilidad institucional, quiero agregarle la responsabilidad histórica. Siempre he dicho que entre las tapas de los diarios y la historia, me quedo siempre con la historia. Y después de haber sido presidenta, la primera presidenta mujer, chicas, y de las cosas que me tocaron vivir en lo personal, estoy absolutamente despojada de cualquier vanidad o ambición. Además llegué a ese lugar al que nunca en mi vida había soñado, por lo cual considero que fue un honor muy grande el que me dio el pueblo Argentino. Siento desde ese lugar de la historia que debo ayudar absolutamente para volver a unir a los argentinos y que finalmente podamos retornar en la patria a un momento de felicidad».
«La verdad es que cuando era presidenta me sentía un poco sola en mi condición de mujer, yo estoy segura de que esas cosas que se decían y se hacían no van a poder hacerlas más después de este movimiento de mujeres surgido en argentina. Esto es un avance, me siento pionera», destacó Cristina en su discurso dirigido a las trabajadoras bancarias. «Desde mi lugar de mujer, quienes hemos abrazado la militancia política, en este caso ustedes en un sindicato, quienes tienen responsabilidades en la política, yo convoco a las mujeres a cambiar esto porque nuestros hijos y nuestros nietos merecen otro país», concluyó.
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