Mailén Blanco es trabajadora del laboratorio Craveri y delegada por el gremio de sanidad, ATSA. Tras pasar la noche en el acampe que sostienen en la puerta del laboratorio, se acercó a Radio Gráfica para explicar de fondo el conflicto ante despidos y detenciones de sus compañeras y compañeros.
Craveri es un laboratorio farmacéutico que tiene 130 años en el mercado, el actual dueño, Juan Craveri, es nieto del fundador. El 29 de marzo, “después de muchos intentos de vulnerar la organización sindical, despide 47 personas”, comenzó Mailén en diálogo con el programa Feas Sucias y Malas.
De las personas despedidas, 43 están representadas en el gremio de sanidad que conduce Héctor Daer y el 70 por ciento son mujeres. A partir de ese día, explicó la trabajadora, empezaron con medidas gremiales, como manifestarse en la puerta de los establecimientos.
“El 3 de abril se prohíbe a la Comisión Interna el ingreso a los establecimientos. Los delegados que estaban en la plata de Caballito ingresan igualmente y los detienen a los 5”, contó. “Es el primer momento en que la fuerza de seguridad interviene. Se los llevan detenidos a mis compañeros desde adentro del establecimiento, estaban en una asamblea. Fue algo aberrante”.
“A partir de ahí la Policía comienza a tener un rol protagónico en el conflicto, porque básicamente se comporta como un garante de la libre empresa”, sostuvo. Y sumó: “Desde el 3 de abril la representación gremial no volvemos a ingresar a los establecimientos, hacemos medidas y asambleas en la puerta con la constante amenaza por parte de la Policía”.
En la actualidad, sostienen un acampe en la puerta de su trabajo. Aunque no es la primera vez, que el 10 de abril habían iniciado un acampe en la puerta del laboratorio en Caballito. “Ese acampe dura 6 días, porque el 16 la Secretaría de Trabajo dicta la conciliación obligatoria, que la empresa no acata”, explicó. En aquella ocasión, había dos camiones de Infantería dispuestos. “Era completamente desproporcionado el operativo. El objetivo era amedrentarnos”.
Luego, agregó que, a partir de la organización gremial, lograron que el estado ofrezca subsidios estatales para la empresa ante esta crisis que la empresa dice tener y que nunca fue sustentada en ningún papel. “Está demostrado que el año pasado en septiembre la empresa fue récord en ventas”, planteó Blanco.
Sobre esa medida, “los interlocutores estatales pidieron la reincorporación como única condición para darle los subsidios” y “Creveri los rechaza”. Es de enorme relevancia saber que, además del récord en ventas que el año pasado tuvo el laboratorio, el total de los subsidios que ofrecía el estado “representaba más o menos 5 millones de pesos” y que la carga salarial de las personas despedidas “representa un millón setecientos mil”.
De esta manera, la delegada concluye: “La intención de Craveri no es simplemente deshacerse de estas 47 personas conveniadas y de la Comisión Interna, sino que es destruir la Comisión Interna. Destruir la organización gremial dentro del establecimiento”.
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