La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) impugnó ante el Poder Judicial bonaerense la postulación del doctor Pedro Federico Guillermo Hooft como juez federal de Mar del Plata, en razón de sus infracciones al procedimiento judicial. Eduardo Tavani, Secretario de Relaciones Institucionales de APDH, explicó los detalles del caso, y también habló sobre la situación de los DD.HH. en relación a la violencia de las fuerzas de seguridad en nuestro país.
En diálogo con Lautaro Fernández Elem, Tavani indicó que «hicimos la presentación ante la Comisión de Acuerdo del Senado. Estamos habilitados para hacerlo porque existe un procedimiento participativo en el que podemos tomar intervención. Objetamos esta designación por razones vinculadas a la calidad y los méritos del candidato».
Precisó que «Hooft es hijo de Pedro Federico Cornelio Hooft, investigado y vinculado con el Terrorismo de Estado y crímenes de lesa humanidad, en tanto fue parte del poder judicial de la provincia en aquel entonces. Hooft participó en la defensa de su padre, lo cual no es reprochable en sí mismo. Pero para avanzar y participar en esa actividad llevó adelanto actos y prácticas ilegales, como haber grabado clandestinamente o haber hostigado a los fiscales y abogados querellantes. Este accionar no es admisible para un candidato a juez federal«.
Posteriormente el entrevistado agregó que «el Poder Ejecutivo Nacional tiene interés en esta designación porque el postulante doctor Hooft tiene vínculos aceitados con el poder político, con funcionarios de alto rango del macrismo. Eso también es parte del reproche que elevamos en nuestra presentación. El postulante fue hasta hace poco funcionario de segundo rango en la provincia de Buenos Aires y en Mar del Plata«.
Finalmente, consultado por la situación de violencia institucional ejercida por las fuerzas de seguridad nacionales, Tavani sostuvo que «el problema data de antes del macrismo y persiste porque está muy arraigada en las fuerzas de seguridad la violencia contra la población civil desarmada. La forma de mejorar esto es democratizar a las fuerzas de seguridad. Esto no ha sucedido desde 1983, pero ahora en particular lo vemos con una crudeza y un crecimiento exponencial. Es uno de los momentos más delicados en democracia, y siempre va contra los pibes y pibas de las barriadas más humildes. Estas acciones y prácticas cuentan con cierta judicatura que mira para el costado, y que en sus sentencias resuelven validándolas«.
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