El paquete antiinflacionario anunciado por el gobierno generó debate en torno a sus alcances, sus características y los posibles efectos que puede tener en las elecciones. El economista Ricardo Aronskind conversó al respecto en el aire de Radio Gráfica con el equipo de Ya nada será igual y aseveró que «estas medidas llegan muy tarde, a la desesperada«.
Aronskind sostuvo que «la primera cuestión es si van a poder implementar el plan con algún grado de eficiencia o si la gente no va a encontrar los descuentos en las góndolas. Suponiendo que funcione, será sobre una situación ya muy apretada para los bolsillos de la población. Van a haber otros aumentos y la inflación de abril se calcula que será tan alta como la de marzo».
Enfatizó que «Estas medidas llegan muy tarde, a la desesperada. Puede haber algún alivio, que la inflación se desacelere en los próximos tres meses, pero al entrar en la coctelera electoral se justificarán nuevos aumentos por la incertidumbre del resultado, o por el traslado de las paritarias a los precios. En suma, hacia mitad de año se va a revertir la desaceleración de precios«.
Interrogado acerca de la fragilidad del acuerdo, el entrevistado opinó que «a esta altura de las cosas el mayor o menor compromiso de las empresas con lo que pide el gobierno es una cuestión política acerca de si las empresas son capaces, en aras de preservar las chances electorales del macrismo, de abstenerse de seguir incrementando unas ganancias que ya son muy altas, sobre todo para las proveedoras de artículos de primera necesidad. ¿Cómo se van a parar políticamente las empresas? Si su voluntad es no cooperar, lo pueden hacer por infinitas vías ya que el gobierno no tiene capacidad de controlarlas».
En esa dirección precisó que «El macrismo apunta a un autodisciplinamiento por adhesión política al proyecto de fondo, por lo tanto hay que ver si el empresariado es capaz de eso en pos de algunas metas, como lograr otros cuatro años más de un gobierno muy sensible a todos sus reclamos y necesidades«.
Finalmente Aronskind estimó que «las medidas son muy endebles, por lo tanto de doble filo. No descarto que una parte de la población se haya esperanzado con esto. Si las implementan mal y resultan escasas, la gente lo va a advertir rápidamente y se va a enojar mucho. Se han soportado otras mentiras, pero acá sería sobre una situación ya muy delicada. Que resulte una nueva operación publicitaria engañosa podría generar un vuelco mayor hacia el repudio del gobierno».
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