Adrián Albor, abogado de Luis D’Elia, dialogó en el aire de Radio Gráfica con Carla Pelliza y Lautaro Fernández Elem acerca de la solicitud de su representado para ser querellante en la causa por las extorsiones que lleva adelante el juez Juan Ramos Padilla, así como de la red de inteligencia descubierta por el mismo magistrado.
Albor informó que «estamos ante una inteligencia ilegal en el cual Marcelo D’Alessio, espía de los Estados Unidos, estaba en nuestro país realizando espionaje a funcionarios públicos y dirigentes sociales y sindicales. Según nuestra ley eso está prohibido, es un delito. Solo se pueden realizar tareas de inteligencia en el marco de un proceso por fuerzas de nuestro país. El delito es muy grave teniendo en cuenta la potencial existencia de una asociación ilícita entre miembros de la prensa, el ministerio público y servicios de inteligencia. Sabemos cómo termina esto. Con gente presa por años y después en el juicio oral se demuestra que toda la acusación es falsa«.
El abogado planteó que «si hay una acusación contra D’Elia puede venir por el lado de la opereta, creada por Jorge Lanata, que lo acusaba de tener una empresa petrolera, pero solo es una intuición. El juez debe aceptarnos como parte querellante, y tomar vista de la carpeta» y agregó que «para quienes nos dedicamos al derecho penal es muy frustrante que los jueces nieguen todo lo que dice la jurisprudencia por motivos políticos. D’Elía no está condenado por nada de lo que pasó en la comisaría de La Boca, sino por supuesta instigación a la violencia, delito que tiene una pena mínima de un mes de encierro, y el tribunal le dio tres años y nueve meses, como forma de darle una mano al gobierno en su ataque contra dirigentes sociales«.
Finalmente Albor denunció que «Luis no está bien. Se lo ve muy desmejorado. Lo está pasando mucho peor que en su detención anterior. El tribunal tomó una decisión infundada. Los médicos del cuerpo forente decían que necesitaban hacer más estudios para evaluar si podía estar en la cárcel o en prisión domiciliaria por sus estado de salud, pero el tribunal rechazó el pedido de prisión domiciliaria. Hoy D’Elía está en una cárcel donde no se puede garantizar su salud. Por ejemplo se le retiraron los aparatos para autosuministrarse la insulina de la que depende, ni puede medirse la glucosa. Por las enfermedades que padece puede pasar que un día no despierte«.
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