Juan Pablo Barrientos, reportero de Revista Cítrica, dialogó con Radio Gráfica y explicó cómo fue detenido el miércoles junto a Bernardino Ávila durante la represión que desató la Policía de la Ciudad en el Cuadernazo realizado por los trabajadores de Madygraf en las inmediaciones del Congreso.
«Yo llego a las 10 a la plaza, había muy poca gente, se estaban juntando recién los compañeros de Madygraf y empiezan a armar una especie de mesita con los caballetes y a ordenar lo cuadernos, en la plazoleta que esta frente del congreso sobre Rivadavia. Eran 45 personas como mucho, despliegan su bandera y deciden cortar la calle. De cuatro carriles cortaron tres, los más pegados al lado del Congreso», relató en comunicación con Mauro Cavallin y Camila Hernández Benítez.
Luego «vienen dos o tres oficiales para negociar para que liberen un carril más, uno de los compañeros que estaba a cargo de la marcha dice ´Dame 5 minutos y te liberamos un carril más`, entre toda esta negociación se preparaba la Policía de la Ciudad con los escudos y hace una especie de corralito a los manifestantes, luego empezaron a empujarlos y comenzaron a forcejear desde los tres lados que habían formado el cordón, generando presión».
«Ahí se escabullen sobre la calle, lo veo a Bernardino y voy a donde estaba el y ya venía caminando con el policía que lo estaba persiguiendo, cuando se me viene encima Bernardino se va para el costado mío y yo trato de frenarlo con otro colega que estaba al lado mío y calmarlo un poco, pero la decisión policial era agarrarlo sí o sí y después agarrar a cualquier fotógrafo».
Explicó que «hay una foto que más se difundió en la que estamos con Bernardino sacando fotos y el policía nos está señalando con el dedo, calculo que pasaron segundos de esa foto y yo termino desparramado en el piso porque un policía de repente aparece y me golpea por la espalda, y yo termino totalmente noqueado en el piso tengo todo raspado el brazo y no sé si tengo una fractura de costilla porque me duele mucho».
La secuencia es intensa: «Me levanto, agarro la cámara media rota como la tenía y sigo a ver si lo podía resguardar un poco más a Bernardino pero ya tenía tres o cuatro personas encima; a un chico que pasaba por ahí ya lo tenían agarrado no lo querían soltar, yo forcejeo con Bernardino para sacarle la mochila con la cámara, y ahí me detienen. Un policía me dice que me tienen que detener porque le pegué a otro policía».
Es increíble, pero «la causa que tengo abierta y por la que estoy imputado es por agresión a un oficial policial por reiteradas trompadas y patadas». Por eso «las casualidades son demasiadas, es raro que estábamos los dos fotógrafos».
OZ / GF / RG