
El Poder Judicial desnudó con las escuchas del fiscal Carlos Stornelli una red de extorsión y corrupción de inimaginable implicancias. En Patria Grande Latinoamericana pidieron al Doctor Hernán Jaureguiber su visión sobre la causa Stornelli y la situación de un Poder Judicial al cual calificó como «una pistola en la cabeza del poder político argentino«.
Entrevistado por Gabriel Fernández, el letrado expresó: «No soy un biógrafo de Stornelli pero está en el mismo rango que Claudio Bonadío y toda esta suerte de asociación ilícita que se ha apoderado de un poder que perdió toda credibilidad«.
Según Jaureguiber «estos personajes actúan con un descaro pocas veces visto«; y arriesgó que estar presenciando el derrumbe del Poder Judicial: «Es el mismo Poder que a partir de 1983 condenó genocidas e investigó innumerables hechos. En el último tiempo terminó haciendo actos administrativos de cualquier funcionario. Una pistola en la cabeza del poder político argentino, ya que política quedó reducida a una presentación de formularios del Poder Judicial«.
El Consejo de la Magistratura también está observado. Para el entrevistado «es una runfla que opera un poder preconfigurado»; y agregó: «¿Que garantía democrática puede postular si la garantía primaria no es el compromiso sino los nichos institucionales?
Otro tema sensible que atravesó la entrevista fue la presunción de inocencia. ¿Se está esmerilando un derecho en la vida cotidiana de los argentinos? Jaureguiber fue a fondo: «Los conceptos políticos nacidos al calor de la toma de la Bastilla y la declaración de derechos universales de 1789 que parecían preceptos jurídicos inalienables, están en crisis. Hoy la legítima defensa en juicio está en veremos«.
«Yo no sé si es por inocencia o torpeza. Pero cuando diversos sujetos de la vida pública, alarmados por casos de violencia a la mujer, salen a pedir condena sin pruebas, por el sólo hecho de satisfacer a la víctima, olvidan el principio de condena. Es un permanente hostigamiento sin saber de qué trata. Curioso, porque un sector progresista embanderado con Eugenio Zaffaroni abraza esta idea y olvida que el propio Zaffaroni se cansó de trabajar contra la vendetta y el hostigamiento del presunto delincuente sin posibilidad de defensa«, enfatizó el abogado Jaureguiber.
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