Roberto Perdía, historiador y ex referente de Montoneros, conversó con Punto de partida al cumplirse cien años del inicio de la Semana Trágica de 1919.
Tras explicar la secuencia de huelga y represión, Perdía observó que «la satisfacción del pliego de demandas obreras, tales como la reducción de la jornada laboral o el fin del trabajo a destajo, fue negada no solo en ese momento sino a lo largo de la Historia. El peronismo fue el punto de inflexión, porque en ese momento se incoporaron esas demandas y otras consignas a la legislación permanente. Costaron la sangre de los trabajadores en ese momento y se las negó cada vez que los sectores oligárquicos ocuparon el poder«.
El entrevistado también sostuvo que «en los grandes conflictos laborales de la época, es decir la Semana Trágica, las huelgas de la Patagonia y el conflicto en el Chaco con La Forestal, aparece la Liga Patriótica como una forma de represión paraestatal. Llama la atención porque estaba compuesta por sectores de la Iglesia, del empresariado y juventud radical. También hay una fuerte carga antisemítica. La identificación en ese momento era del judaísmo con la nacionalidad rusa, y esta a su vez estaba asociada con la Revolución Soviética, que se había producido poco más de un año antes. De todos modos es crucial el nacimiento de la liga en el Centro Naval, dirigida primero por el almirante Manucel Domecq García y después por el escritor Manuel Carlés. No solo fue paraestatal sino que fue también el punto de vínculo entre el poder económico y el poder estatal. Eso que después en la Triple A quedó más diluido, más difícil de entender«.
Perdía destacó que «el radicalismo nunca se hizo cargo de este hecho, que fue sistemáticamente ocultado. Recién las primeras informaciones de ataques contra los judíos aparecieron treinta o cuarenta años después. Quedó como un fenómeno de lucha de obreros contra el Estado. Y las formas paraestatales de represión no se identificaron claramente«.
Por último, y ante la consulta de un oyente, Perdía se refirió al papel de Juan Domingo Perón durante la Semana Trágica. Al respecto señaló que «Perón mismo reconoció que en ese momento formaba parte del Arsenal Esteban de Luca con el rango de teniente primero. Su función, según él dijo, fue abastecer de equipos y municiones a quienes estaban participando del enfrentamiento. Otros dicen que si estuvo ahí también tiene que haber tirado, pero ese detalle es difícil de precisar. Perón representa una especie de punto de confluencia. El militar percibe el fenómeno nuevo de la lucha de los trabajadores y la situación social. Esas condiciones sociales actúan sobre el ejército y posibilitan la alianza entre militares y sindicalismo, junto con la idea del desarrollo industrial y del mercado interno, que permitió superar esta tragedia histórica«.
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