Oscar Cuartango, ex Ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, conversó con La Señal acerca de la posibilidad de una nueva reforma laboral impulsado por el gobierno nacional, y de las políticas que debería tomar una nueva gestión popular.
Cuartango advirtió en primer lugar que «una reforma laboral es totalmente innecesaria. No va a ser funcional a la creación de puestos de trabajo, ni a la regularización del trabajo no registrado. La reducción del desempleo pasa por las políticas macroeconómicas. Por más que se le de a los pequeños y medianos empresarios trabajadores gratuitos, no los quieren porque les molesta. No lo precisan en su fábrica o establecimiento porque producen cada vez menos y pagan servicios más caros. Están deseosos de deshacerse de trabajadores para achicar los costos de su empresa. Por otro lado la apertura económica ha generado una importación de mano de obra extranjera en perjuicio de los puestos de empleo nacionales».
Luego el entrevistado sostuvo que para el futuro se debe «retomar la senda del crecimiento estimulando la producción y el trabajo. Hay que mejorar el poder adquisitivo de la gente para que impacte sobre el mercado interno. Eso sí, teniendo cuidado con que la mayor demanda de productos por ese aumento del poder adquisitivo no se convierta en un factor inflacionario. Tiene que ir acompañada paralelamente con un incremento de la producción que mantenga el equilibrio entre la oferta y la demanda, cosa que tal vez se descuidó un poco en la gestión anterior. También hay que implementar una política de transporte competitiva y barata, donde cada medio se complemente en vez de competir con el otro. Por ejemplo, usar el camión donde no haya vías férreas y allí pasarlos a un transporte fluvial. Y al mismo tiempo reactivar la red ferroviaria».
Finalmente Cuartango opinó sobre la relación entre el avance tecnológico y el mundo del trabajo al explicar que «sobre ese tema está trabajando una comisión especial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Aspira a plantear una serie de sugerencias. En diversos países de Europa occidental se está experimentando con medidas como reducir la cantidad días u horas de trabajo. En mi opinión se trata más de paliativos que de soluciones de fondo. A lo que debe apuntarse es a una modalidad de redistribución la riqueza mediante la aplicación de una asignación universal. Porque si llevamos la tecnología al extremo de que no haga falta mano de obra para producir nos vamos a encontrar con que no va a haber quien consuma. Las políticas neoliberales no pueden solucionar este problema».
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