por Gabriel Fernández *
Vamos a evocar este cumple de don Arturo Jauretche y el consecuente Día del Pensamiento Nacional con algunas observaciones corrosivas. Realizando fintas con propios, lanzando golpes a ajenos y combinando técnicas con los más o menos.
Ante la convocatoria hacia Ferro Carril Oeste, que hemos promovido, con la presencia de Cristina para inquietar al poder, no dejaremos de señalar que -hoy como ayer- no hay una sóla silla entre los intelectuales convocados, para un pensador nacional argentino.
Todos los invitados -exceptuando lógicamente a jefes de Estado y líderes regionales- pertenecen a dignas e interesantes vertientes culturales de orígenes distintos de la lejana y fructífera tradición federal – forjista – nacional que sigue cautivando multitudes.
Así como se designó ayer a Ricardo Forster al frente de la Secretaría ya desarticulada y así como se convocó a un encuentro del pensamiento latinoamericano sin ofrecer aunque más no fuera un rincón oscuro para los herederos de Scalabrini y Walsh, se vertebra hoy la convocatoria. En la misma dirección.
Pero hay más, y si se lee entrelíneas, se observará que aunque cambie la dirección del puñetazo, el contenido del mismo es equivalente. Pues se ha puesto de moda rechazar el concepto nacional y popular, adjudicándoselo al progresismo, y vindicar únicamente la identificación de peronista.
Quien esto escribe, desde el peronismo, evalúa justo y razonable el uso de la noción «nacional popular» para referirse a nuestros preceptos y a nuestra militancia. De otro modo, quedarían fuera, por ejemplo, Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz. Ya que estamos.
Estos hombres, como tantos, no se definieron peronistas. Se llamaron a si mismos nacionales. Además, resguardaron el derecho a criticar al líder cuando lo estimaran necesario: a veces el Hombre acierta y lo apoyamos; a veces se equivoca y no lo apoyamos. Es una trascendente expresión de Jauretche.
Lo que es más: la articulación Nac & Pop es de hace un buen tiempo, considerando ya la era contemporánea. Va surgiendo en la lejana Crear, se asienta en el diario La Voz, se desplaza hacia la revista Jotapé y se plasma en la agencia de noticias liderada por Martín García, que gestó, entre otras cosas, el hermoso y bien peronista encuentro de la Oesterheld.
Los aspectos referidos aquí son dos ejemplos del sectarismo. El primero, con rasgos hegemónicos socialdemócratas; el segundo con elementos peronistas. Nadie está libre de ser un poco zonzo, ni siquiera en esta fecha.
Como el filo, el contrafilo y la punta de las ideas forjadas por el evocado de hoy, cortan y dañan con precisión, nos pareció importante rendir homenaje en La Señal Medios y Radio Gráfica a través de polémicas sinceras. El peronismo, mar bravío, no admite posturas excluyentes. Ni siquiera de aquellos que buscan reivindicarlo.
* Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica.