Andrés Ruggeri, director del programa Facultad Abierta de la Universidad de Buenos Aires, conversó en el estudio Patrick Rice con Punto de Partida acerca de la situación de las fábricas recuperadas en nuestro país.
Ruggeri recordó en primer lugar que «en 2002 se estaba formando un movimiento importante con referencias como IMPA o Cerámica Zanón. Si uno mira todo el proceso se encuentra con que hoy es una herramienta de lucha de los trabajadores. Cada vez que cierra una fábrica alguien piensa en formar una cooperativa, hagan la recuperación o no. Tampoco era tan común en 2001 o 2002 que los patrones reaccionaran diciendo que les estaban usurpando la propiedad. Primero porque se escapaban, segundo porque la idea de la cooperativa parecía una locura. Ahora aparece enseguida y por eso es mayor el miedo y el discurso anti autogestión, que es muy fuerte en este momento. No desde el gobierno en sí, sino desde lo que representa«.
El entrevistado también planteó que «el kirchnerismo dejó varias deudas con el sector. Podría haber regularizado la situación de varias empresas y fábricas que ahora tienen problemas por la precariedad legal en la que quedaron. Sabemos que hubo muchas discusiones internas, pero en definitiva no hubo una política de estado. Era una concepción política y económica. Se desconfiaba del trabajo de los compañeros. Si había un empresario privado más o menos del palo mejor. Los errores del gobierno anterior vienen de su concepción keynesiana de la economía, que creía en una burguesía nacional que iba a aportar al desarrollo. Entonces las empresas recuperadas y la economía popular eran un problema social que había que resolver y atender, pero no se las pensó como una solución de fondo«.
Finalmente Ruggeri denunció que «con el macrismo esa desconfianza pasó a ser enemistad, hubo un cambio cualitativo. La política del macrismo es de concentración económica, de subordinación total al capital transnacional y financiero, de los que el gobierno es representante directo. Las tarifas, por ejemplo, son un problema muy fuerte. Son impagables y no se simplemente por la angurria de las empresas energéticas. Pero además es una especie de darwinismo económico. Los que puedan bancárselo son los ganadores de la economía y el resto que desaparezca. Es una parte estratégica del plan neoliberal. Buscan una transformación económica donde se concentre el capital en manos del sector financiero y las grandes corporaciones. El tarifazo cumple la función de quebrar a toda la industria y a todo accionar económico que se maneja en el mercado interno«.
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