Carlos Leiva, referente de la Federación de Cooperativas de Trabajo del Sur (FECOOTSUR) e integrante del Frente Social Milagro Sala, fue entrevistado por Ramiro Coelho y Mauro Cavallin, en Abramos La Boca, y denunció cómo a través del programa Hacemos Futuro el Estado busca eliminó los programas productivos Ellas Hacen y Argentina Trabaja.
El militante social y cooperativista explicó que, a través del nuevo plan social, el Ministerio de Desarrollo social intenta convencer a los trabajadores de las cooperativas, ya formadas y en pleno funcionamiento, a dejar el trabajo a cambio de dedicarse exclusivamente a terminar los estudios secundarios. “Buscan desarticular las cooperativas que son proveedores del Estado, cooperativas que ya están organizadas» explicó Leiva.
«Hoy el Estado, a través de mensajes de textos, o a través de los municipios que afines al gobierno nacional, presionan a los compañeros para que salgan de los espacios productivos». El Plan Hacemos Futuro, según explica el documento fundacional, tienen como objetivo “promover la autonomía económica a través de la terminalidad educativa”. Apostando a que estos trabajadores cooperativizados ingresen al mercado laboral “formal” y abandonen sus espacios de organización social y productiva en el contexto de un mercado laboral que se achica día tras día.
Otra cuestión llamativa de este nuevo plan social es que no propone nada novedoso en términos educativos. Planes como el FinEs y Ellas Hacen fueron diseñados por el gobierno anterior con el fin lograr la re inclusión de muchos trabajadores de la economía popular en la educación secundaria obligatoria, con el complemento de capacitaciones específicas de la rama a la que cada cooperativa se dedica. “Nosotros estamos a favor que los compañeros se capaciten” explicó el militante social a Abramos La Boca “pero con horarios y días que nos permitan mantenernos en la unidad productiva”.
En el marco de un proceso acelerado de retracción de la producción y la demanda de trabajo, resulta un despropósito que se piense en desarticular tramas productivas populares locales que han sido fruto de años de inversión estatal, y que han garantizado la restitución, tal vez parcial, de derechos laborales y sociales. Solo queda suponer cierta intencionalidad para desarticular la organización social en torno al trabajo y, de esa manera, tener una nueva excusa para continuar reforzando ante la opinión pública la estigmatización de los beneficiarios de diversos programas sociales.
RC/GF/RG
