En el marco del despido de una trabajadora ferroviaria en situación de violencia de género, Paloma Urruchua, integrante de la comisión de mujeres «Mujer Bonita es la que Lucha» de la línea Sarmiento informó en Feas, Sucias y Malas el caso de su compañera y la organización que como grupo de mujeres están dando dentro del sindicato.
“Gisela recibió el telegrama de parte de Trenes Argentinos, que la acusa de acumuladora de faltas sin justificar. Ella estaba en una situación de violencia de género y ellos, en vez de escucharla, lo que hacen es revictimizarla y echarla del trabajo en esta situación de ajuste del país, en la que siempre las primeras que lo terminamos pagando somos las mujeres”, comenzó Paloma.
Gisela Herrera tiene 24 años, tiene 4 hijos, vive en Moreno y “está en una situación totalmente vulnerable”, explicó su compañera. “Desde los 16 años está en una situación de violencia de género. A la compañera la dejan a la calle y la empresa al ser estatal tiene la doble obligación de cumplir la ley. Ella es el único sostén de su hogar”, siguió.
“La empresa estatal Trenes Argentinos, que estaba al tanto de la situación por las reiteradas denuncias que realizaba la trabajadora en Recursos Humanos, decidió enviarle el telegrama de despido argumentando faltas injustificadas. Es un despido ilegal, porque hay una ley (Nº 26.485) que nos ampara a las mujeres”, dijo.
“Ella hace dos años dió aviso a la empresa y mostró las denuncias que tenía, y la perimetral contra el agresor. Ella además tenía ataques de pánico a partir de que el violento no respetaba la perimetral. El cuerpo médico de la empresa le dió (en su momento) licencia psiquiátrica, cuando debería ser licencia por violencia de género. Luego, le envían un telegrama por faltas. Y lo que pasaba, es que peligraba su vida, no es que faltaba al trabajo por una cuestión por fuera. Como el violento se quedaba al cuidado de sus hijos, ella no podía ir a trabajar porque también peligraba la vida de sus hijos”, detalló.
En esa línea planteó que “de cara al 8 de marzo, que es un paro internacional” exigen también “más presupuesto para esa ley”, porque “si no hay sólo palabras bonitas, pero el Gobierno no se hace cargo”. “En asamblea votamos una medida, hicimos un ruidazo, también estuvimos participando de las asambleas hacia el 8 de marzo llevando el caso de nuestra compañera”, sumó.
En diálogo con Úrsula Asta y Valeria Rodríguez, la trabajadora del tren Sarmiento luego contó: “Como comisión de mujeres venimos trabajando hace mucho con los compañeros ferrovarios. Primero porque es un trabajo históricamente de varones y, segundo, porque también reclamamos el cupo de mujeres en todas las especialidades, como conductoras de trenes, que todavía no hay”.
También, sostuvo que a partir de que empezaron a organizarse vieron que “había muchas compañeras en situación de violencia de género” y tras mucha organización consiguieron patrocinio legal y psicológico para esas mujeres. “Además ahora hace poco conseguimos que la empresa se comprometa para reconocer la licencia por violencia de género (que es lo que no le otorgaron a Gisela) y a capacitar sobre el tema en los distintos puestos de trabajo”, finalizó.
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