Roberto Perdia, histórico dirigente del peronismo revolucionario y Montoneros, dialogó con La Señal acerca de la situación política argentina, y sus perspectivas para los próximos años.
Perdia evaluó en primer lugar que «en los últimos diez días vivimos una serie de jornadas que hicieron olvidar que hace dos meses ganó el partido que está en el gobierno. Es llamativo de qué modo la realidad absorbió lo que pasó y se manifestó en contra del mismo gobierno. Muchas veces las elecciones van por un lado y la reacción de las calles por otro. Esto tiene que ver también con un cierto desacople que hay entre las instituciones y el pueblo«.
El entrevistado proyectó que en el futuro «estaremos avanzando hacia una crisis mucho más profunda de la que conocimos en 2001 y 2002. En aquella oportunidad se manifestó de forma brutal en la calle. Luego se reequilibró el sistema, y actualmente no tiene raíces para sostenerse. Entonces protestas como la de la semana pasada lo mueven como un viento fuerte a los árboles. Eso va a seguir sucediendo en los próximos años, aunque no creo que sea el fin del gobierno de Mauricio Macri. La clase media es muy volátil. Un día puede votarlo, al otro salir a la calle a manifestar su bronca y al otro volver a votarlo. No habrá una definición rápida, pero sí estoy seguro que el destino final de este proceso es una hecatombe muy dura, más allá de lo difícil que sea ponerle fecha«.
Perdia señaló que «el nuevo sujeto social, los millones que están afuera del sistema, deben tener un nivel de organización no solo para la calle sino también para apropiarse del territorio. Lograr esto supone disponer de una estructura que tenga presente no solo la lucha política sino también las luchas barriales y reivindicativas, y que tenga como modelo la construcción de sistemas productivos, de distribución y consumo en manos del propio pueblo, de modo de que este se sienta dueño de su destino».
Finalmente enfatizó que «el sistema se quebró en 2002 y los cinco presidentes en una semana fue el símbolo de eso. Creo que en algún momento vamos a llegar de vuelta a esa situación. Cuando quiera que sea tendremos que contar por atrás con una organización popular donde cotidianamente el pueblo ejerza su poder. La acumulación de poder no debe ser únicamente ver cuántos votos sumamos para después discutirlo en la interna, sino cómo lo articulamos con las construcciones que mencioné anteriormente«.
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