
El periodista analista político Néstor Gorojovsky conversó en el aire de Abramos La Boca acerca de la votación en la Cámara de Diputados respecto al proyecto de Reforma Previsional impulsado por el gobierno nacional, y de las consecuencias políticas que trajo consigo.
Según Gorojovsky «lo que sucedió el lunes es que se terminó la luna de hiel, no de miel, que el macrismo le convidó a las clases medias. El hecho clave que caracteriza la progresividad histórica de todo lo que sucedió fue el espontáneo brote de cacerolazos por todo el país, con la característica de que los sectores descontentos de la clase media, muchos de los cuales votaron por Mauricio Macri, se expresaban ruidosamente en contra de este régimen colonial, mientras que los sectores medios que aún apoyan al gobierno se mantuvieron en silencio y no intentaron ninguna defensa. En suma, se terminó el veneno. Lo que unía a las clases medias con la oligarquía y el imperialismo era el odio, y esto creo que se ha roto. Importantes sectores de esa clase media que estaban dispuestos a apoyar a Macri ya no lo están«.
Respecto de la votación en el Congreso el entrevistado opinó que «algunos gobernadores estaban ideológicamente dispuestos a apoyar al macrismo, como en el caso de Córdoba. Otros en cambio se han visto obligados por mecanismos extorsivos dignos de la película El Padrino. El ministro Rogelio Frigerio hizo ‘ofertas que no se pueden rechazar’. ¿De qué se tratan las mismas? Como este gobierno no tiene ninguna solidaridad con los argentinos, entonces no tiene problema en incendiar una provincia o amenazar con hacerlo. Por lo tanto algunos gobernadores cedieron. Unos sin mayor costo interno, otros con más, pero hay que tener en cuenta que no es fácil estar al frente de una provincia ante semejantes amenazas sin estar dispuesto a tomar medidas drásticas contra esta extorsión. Nadie quiere atravesar un diciembre como el que soportó Fernando De la Rúa en 2001«.
Finalmente Gorojovsky denunció que «lo que realmente ha sucedido es que hubo una invasión del poder legislativo por parte del poder ejecutivo, acá hubo una ruptura de la división de poderes. La Argentina es una semicolonia en la que la oligarquía nunca respetó la juridicidad real, sino que hizo lo que siempre se le antojó. El gobierno federal envió un mensaje a los gobiernos provinciales, es decir de ejecutivo a ejecutivo, instruyéndolos a influir (es decir apretar) a los legisladores. De esta manera se impuso la reforma, pero el precio que pagó el gobierno fue muy alto. Los cacerolazos demuestran que la ruptura está dada. Ahora hay que encontrar los canales de reconciliación con los sectores que por diversos motivos confiaron en el macrismo, y al mismo tiempo hay que ser muy cuidadoso con la diatriba entre todos aquellos que somos objetivamente agredidos por el régimen de Macri«.
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