
Gildo Onorato, referente del Movimiento Evita y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), dialogó en Punto de Partida con Marcos Maldonado. El balance y la reflexión de la jornada del 18 de diciembre en el Congreso y la nueva etapa política que se abre a partir de los últimos acontecimientos. Las responsabilidades de los organizaciones y la movilización popular en la calle. «La enorme manifestación popular está pariendo una nueva forma de lucha callejera y popular. La unidad de los movimientos populares con los gremios tienen fortaleza y capacidad para frenarle la mano a Macri».
En la represión, varios trabajadores de la CTEP fueron heridos. «Tenemos muchos compañeros golpeados y con balazos de goma. Dos pibes del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) perdieron un ojo y otro fue atropellado por una motos de la policía. Están bien pero ya tienen condicionado su futuro», informó Onorato.
Pensando fríamente luego de la gran movilización comentó: «siento un gran orgullo por los movimientos populares, los sindicatos y todos los argentinos que a lo largo y ancho del país se han manifestado. El gobierno ha pagado un profundo costo político y social por llevar adelante una norma legislativa claramente antipopular que va a afectar al menos a 17 millones de personas» y señaló que «se ha iniciado un proceso en la Argentina donde el gobierno que hace dos meses parecía que era absolutamente hegemónico terminó siendo lo que es: la primer minoría. Y una primer minoría no puede arrogarse legislar y violentar a la población de la manera en que lo ha hecho».
Ante un nuevo aniversario de las jornadas del 19 y 20 de Diciembre del 2001, se hace inevitable la comparación. «Son contextos distintos. En aquel momento era la culminación de un proceso de desigualdad muy profundo que fue encontrando grietas en los sectores del capital económico. En esta etapa hay un piso muy alto de conciencia popular y organización que antes no existía, pero también el gobierno tiene algunas fortalezas que el de De La Rúa no tenía. Hace poco tuvo una elección relativamente buena».
El referente además retomó el análisis comparando con otro suceso similar: «Recordábamos el año 94 cuando muchos gobernadores entre ellos Néstor Kirchner fueron parte de la privatización de YPF. Como en aquel momento, los entendemos como gobernadores pero lo rechazamos como militantes. Comprendemos su responsabilidad con la gobernabilidad en sus provincias pero nuestra posición nos exige rechazar el ajuste por ser ajuste. Tenemos que entender estas contradicciones que existen en el campo popular», destacó.
El macrismo se sigue arrogando la intención de dialogar con los sectores, contradiciéndose en los hechos con el accionar represivo. Ante esto, Onorato destacó que «es significativo retomar la senda del diálogo institucional que Cambiemos ha abandonado, queremos retomar la paz con justicia social. No se define de ninguna manera bajar las banderas y las reivindicaciones porque son las que están generando un camino nuevo en la Argentina y lo hemos vivido en estos días». Y destacó: «es la primera vez en estos dos años de gobierno que se sienten tan fuertemente cuestionados por grandes cantidades de manifestantes, dirigentes y medios que hasta hace poco los defendían».
«Entramos en una etapa de ajuste profundo», indicó. «Se está gestando una nueva tarea militante que entiende que la movilización exige poner el cuerpo, el corazón y disponer la fuerza para la organización popular de base. Tenemos que profundizar la unidad. Los movimientos populares lo hemos hecho y eso nos ha permitido tener una fuerte presencia. Es el camino para resistir, construir un programa y proponer un modelo distinto».
Finalmente, el hombre de la CTEP recalcó que «el modelo kirchnerista no alcanzó, el modelo macrista profundiza la desigualdad. Es hora de que los movimientos populares construyan una alternativa política que exprese la calle y la búsqueda de mayoría».
LFE / GF / RG