Por Lucas Molinari (*)
Sábado al mediodía, Héctor Pelozo, delegado de Gráfica Pellerano, recibe a Radio Gráfica. El silencio inunda el taller que los 14 trabajadores están tomando para preservar la maquinaria. Es en Hipólito Yrigoyen 316, Quilmes, donde muchos de ellos laburaron toda su vida.
Es el caso de Oscar Florentin, de 42 años. Desde los 17 es “ayudante”, “conozco todo acá”, dice. “Un polifuncional”, describen sus compañeros dando cuenta de que es fundamental para la cooperativa que está naciendo.
Se trata de una empresa fundada en la década de 1930. Los Pellerano, una familia acomodada de Quilmes, están vinculados a la fundación de la Unión Industrial de ese distrito. “Este taller es una marca registrada de la gráfica en Quilmes”, explica Héctor.
Oscar comenta su experiencia de pibe con Don Esteban, hijo del fundador de la empresa: “Él fue como un padre, nos cuidaba”. Y agrega que “en un tiempo pasado de crisis llegó a vender dos vehículos para pagarle a la gente, él decía que el empleado tiene que estar satisfecho”.
Ese recuerdo parecía una añoranza en una tarde de sábado. “Hoy estaríamos todos con nuestras familias”, pero “de acá no nos podemos ir, porque estamos cuidando las máquinas, cuidando nuestro trabajo”, afirman con convicción.
Como todo proceso de recuperación, implica una transformación profunda de las personas. Héctor señala: “En 2015 algunos estaban acá en la puerta de pagar ganancias, zafaban por diez pesos, y el bombardeo mediático hizo que muchos compañeros voten a Macri y ahora analizan que fue toda una mentira”.
El lunes 23 de octubre cambió todo para ellos, llegaron a la mañana y el taller estaba cerrado. Llamaron por teléfono a los dueños y no hubo respuesta. Sólo uno de los hijos de Daniel Pellerano, nieto del fundador de la empresa y actual responsable del vaciamiento, se dignó a atender a Héctor Pelozo y le dijo que “no iban a continuar, que iban a la quiebra”.
Lo curioso es que esa misma mañana un trabajador, por el cansancio de esperar, se apoyó en la puerta del taller que no tenía tranca. “Se abrió y ahí nos metimos”, comentaron. Allí pudieron constatar que se trataba de un vaciamiento porque “faltaba papel, tinta, trabajos terminados”. “Se llevaron cosas muy específicas”, señala Héctor.
“Nos subestimaron”, afirma Jesús Rodolfo Andrade, de 64 años, que es tipógrafo y trabaja hace una década en este taller. “Seis años me tuvo en negro y cuatro en blanco”, cuenta. “Nos decía `los Tití´”, suma con bronca. Se enteró por conocidos que Daniel Pellerano se refería así a sus trabajadores. “Él seguro pensó que íbamos a estar un rato y nos íbamos a ir a nuestras casas, pero no”.
La unión de estos catorce hizo a la creación de la Cooperativa de Trabajo El Registro en el marco de una toma que va a cumplir tres semanas. En la charla con Radio Gráfica estuvo también Norberto Di Nizo, guillotinero, de 57 años, y 18 trabajando en Pellerano. Remarcó el liderazgo de Héctor, quien además de delegado por el sindicato Federación Gráfica Bonaerense, también integra la CGT de Quilmes-Berazategui-Florencio Varela. Pelozo está a cargo de la Secretaría de Políticas Sociales y Económicas. “Fui creciendo políticamente con el kirchnerismo”, afirma Héctor. “En 2002 quedé efectivo y en 2012 logramos organizar el taller, desde ese año soy delegado”.
“Más de 500 personas vinieron a apoyarnos”, destacan comentando también que antes del conflicto no veían bien que Héctor no vaya tanto al taller: “Ahora nos damos cuenta de todo lo que construyó”. Desde grupos de izquierda hasta referentes cegetistas respaldan día a día la toma.
No es menor su ubicación. Es el centro de Quilmes. “Pasan miles de personas por día por nuestro frente”, explican y agradecen la solidaridad que reciben. “Ahora estamos vendiendo unos mazos de cartas que se habían impreso y quedaron acá”, indica Héctor. “Ahora que armamos la cooperativa apuntamos a agarrar cualquier trabajo para poder sostenernos. Apuntamos a nuestra relación con los sindicatos, hoy por la noche hacemos nuestro primer trabajo, vamos a imprimir unas revistas para Sadop Capital”.
El vaciamiento que se produjo es casi idéntico a otros casos. Deuda salarial que comenzó en noviembre de 2016, falta de mantenimiento de la maquinaria, falta de insumos. Ante una situación que empeoraba actuó el Sindicato Federación Gráfica Bonaerense. En septiembre mantuvo reuniones con el dueño que afirmó querer seguir adelante con la empresa. “Hasta el viernes 20 de octubre habíamos dejado trabajos listos para hacer el lunes, las máquinas con las chapas puestas”, dice Jesús.
Haciendo memoria Héctor explica que un punto de inflexión fue el 2 de junio de este año: “Marcos Nieva falleció, un compañero jubilado que seguía trabajando. La viuda de él no pudo cobrar el seguro de vida porque no estaban hechos los aportes patronales. Allí los compañeros estallan y empezaros a poner de manifiesto su enojo, en asambleas sorpresivas de media hora y esto se iba profundizando por la falta de trabajo. Y ya era una costumbre cobrar en dos veces”.
Lo cierto es que el lunes 23 notaron que todos los insumos que se habían llevado, pudieron haber ido a otra gráfica ¿Cuál? Imposible saber, analizan: “Hay más de 500 gráficas en Quilmes solamente”.
“Nos tenemos que mentalizar que somos 14 patrones ahora, es un cambio de mentalidad”, sostiene Norberto. Y plantea: “Es un camino largo pero no imposible”.
El 24 de octubre la empresa presentó la quiebra. En el juzgado Nº2 en lo Civil y Comercial de Quilmes está el expediente. Este lunes 13 de noviembre la sindicatura se hará presente y esta nueva cooperativa, que espera su matrícula para dentro de unos meses, va a encarar una lucha que parece estar en el ADN del gremio gráfico: la propiedad social en mano de los trabajadores.
(*) Periodista de Radio Gráfica, conductor de Punto de Partida (lunes a viernes de 8 a 10 am)