
La distribuidora Distripaper, fundada en 1982 por Eduardo Wexler y Eduardo Sosnowski, sin mediar aviso, cerró sus puertas la semana pasada y dejó a 70 trabajadores en la calle, adeudándoles parte del aguinaldo y la totalidad del sueldo de julio. La empresa proveedora de insumos de oficina contaba con importantes clientes, como el HSBC, Frávega, P&G, Philips, entre muchas otras compañías.
Este martes, los trabajadores de Distripaper tenían concertada una reunión junto a representantes de la empresa en el Ministerio de Trabajo, pero nadie se hizo presente de parte de la compañía y el conflicto continúa sin solución. Mientras tanto, los empleados acampan en la puerta de la planta ubicada en San Martín y exigen el pago de lo adeudado y la correspondiente indemnización.
Alejandro Arellana, trabajador de Distripaper, explicó en Desde el barrio que «se venía laburando normalmente. Esta empresa tiene 35 años y éramos proveedores de unas 500 compañías. Por eso quedamos anonadados. Bajó un poco el laburo pero tampoco tan grotescamente como para decir que nos quedábamos de brazos cruzados. Esto fue hecho a propósito por los dos dueños, Wexler y Sosnowski, que hicieron un vaciamiento y nos dejaron a todos en la calle«.
Arellana enfatizó que el vaciamiento fue hecho «a propósito porque hace un año se encargaron de vender todas sus propiedades, fugaron plata de la empresa y hasta el día de hoy no presentaron quiebra» y relató que «el miércoles estábamos trabajando en la sede de San Martín, de 7 de la mañana a 5 de la tarde. A las 3 de la tarde el gerente general del depósito recibe la noticia por parte de los dueños de que baje la persiana y le diga a los empleados que estábamos en quiebra. En ese momento nos fuimos a nuestra casa, pero ninguno estaba notificado, o sea que para la Ley seguimos perteneciendo a la empresa. (Por eso) el jueves nos hicimos presentes a las siete de la mañana a trabajar porque ninguno fue notificado legalmente» del despido por el cierre de la empresa.
Desde ese entonces, con la planta cerrada, los trabajadores improvisaron un acampe en la puerta del lugar «y de acá no nos movimos porque el depósito está lleno de mercadería y seguro lo van a querer vaciar. Hay que pasar la noche acá en San Martín, que es bastante complicado delictivamente. Estamos con miedo y la angustia que tenemos por habernos quedado sin trabajo de esta manera».
En cuanto a la reunión que debían mantener en la mañana de hoy con los directivos de la empresa en el Ministerio de Trabajo, Alejandro planteó que uno de los representantes de la cartera que conduce Jorge Triaca «pudo comunicarse con uno de los dueños y le planteó que no está interesado» en reactivar la empresa y que «hagan lo que tengan que hacer». Ante esta situación, el trabajador exigió que presenten «la quiebra como corresponde y pagá las indemnizaciones como corresponde. Pero dijeron que sólo se harán cargo del pago de julio y del aguinaldo adeudado».
Desde que la planta cerró, sólo se puede ver a unas pocas personas del área administrativa y un gerente, quienes se encargan de «hacer las últimas cobranzas para recaudar plata y ver si cumplen con el pago del sueldo de julio y el aguinaldo. Después, que de la quiebra se haga cargo el síndico y que las indemnizaciones las saquen de la mercadería. Lo único que le faltó a estos tipos fue fugarse. Hasta hoy, siguen en (la sede administrativa de la calle) Cabildo recaudando la plata de los últimos cobros para hacer los pagos que dijeron, pero ya estamos perdiendo la paciencia».
Ante la falta de respuesta, la única solución que encontraron los trabajadores es «esperar que lleguen los pagos que dicen ellos y después cada uno tendrá que actuar con sus abogados«, de manera individua, para conseguir la indemnización correspondiente.
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