Guillermo Rus, ex vicepresidente de ARSAT y director de la revista Latam Satelital, conversó con Punto de Partida para explicar la iniciativa del gobierno de privatizar la empresa argentina encargada del proyecto.
Según Rus «estaba proyectado construir ocho satélites más en las próximas dos décadas. Cuatro iban a ampliar la flota de la empresa, dos eran para remplazar a los ARSAT I y II al final de su vida útil, y dos iban a exportarse. El ARSAT III es el primero de este plan, establecido por ley en 2015. La misma ley dispone que si se quiere modificar el proyecto debe hacerse a través del Congreso en vez de por la decisión de un funcionario determinado. Ese es el principal punto de la denuncia que hizo ‘El destape’. Se puede estar de acuerdo o no con la privatización, pero si el procedimiento es ilegal tenemos un problema».
Luego el entrevistado detalló sobre los usos de los satélites que «estamos hablando de una industria estratégica. Se trata de cosas como tener comunicaciones nacionales seguras, controlar la observación del espacio marítimo argentino o aplicarlo a la defensa nacional. Ni hablar de todo lo vinculado al desarrollo industrial a partir de la demanda que generaba el proyecto. En el caso puntual del ARSAT I tenemos el funcionamiento de la Televisión Digital Abierta. Además ARSAT es proveedora de capacidad satelital para la compañías telefónicas, y de internet satelital, un servicio que requieren muchas empresas agrícolas o mineras, porque trabajan en lugares donde no se puede llevar internet a través de fibra óptica o radiolaser».
Finalmente, el ex vicepresidente de ARSAT denunció que «durante la gestión de Oscar Aguad como Ministro de Comunicaciones, se autorizaron doce satélites extranjeros en Argentina que le disputan capacidad a ARSAT. La ley establece que mientras los satélites de ARSAT tegan capacidad para proveer servicios no se puede autorizar el funcionamiento de otros satélites. Los doce que mencioné obtuvieron su licencia mientras ARSAT II tuvo capacidad de venta, por lo tanto la legalidad de esas autorizaciones habría que analizarla. Y si se dejan de fabricar satélites va a haber menos capacidad para vender justamente porque el avance en la materia va a estar detenido. En dieciocho meses de gestión le dieron ventajas a la competencia extranjera y suspendieron la fabricación de nuevos satélites. Hubo una clara desprotección del operador nacional, y una contundente intención privatizadora«.
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