El testimonio de Mariana D, hija del genocida Miguel Etchecolatz, permitió que otros hijos se animaran a hablar y tendieran redes entre ellos, para la defensa de la Memoria, Verdad y Justicia. René Oviedo, corresponsal de Panorama Federal en Corrientes, realizó un informe sobre el tema y aseguró que “estos hechos van marcando un cambio de rumbo”.
La palabra no solo es una herramienta revolucionaria, también es cuerpo. Marca un posicionamiento ideológico. Liliana Furio, hija de un represor condenado a perpetua, manifestó que no se debe perdonar “algo que es imperdonable”. “Los procesos que atravesamos son diferentes pero tienen un denominador común: la historia negra de que todos somos hijos de genocidas. Cada uno ha optado por distintos caminos, pero la coyuntura política hizo que nos encontremos. En el núcleo fundamental de este espacio somos seis. Estamos dándole forma a una organización y conteniendo a un montón de gente que se está contactando con nosotros con historias parecidas a las nuestras. Creemos mucho en la importancia de rescatar la memoria”.
Además, Furio hizo referencia a los juicios por los delitos de lesa humanidad y remarcó que se trata de etapas muy importantes para la historia argentina. “Para mi es de un valor que es ejemplo del mundo. Hay una cantidad de movimientos por la reversión de la situación política que quiere borrar con el codo lo que costó horrores. Estamos motivados más que nada por esto. Es fundamental dar testimonio en lo que podamos y poner bien en claro que no estamos a favor de nuestros padres”.
EC/GF/RG
