Silvia Almazán, secretaria adjunta electa del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA), dialogó en Abramos la Boca acerca del triunfo de la lista Celeste-Violeta que ratificó a Roberto Baradel al frente del gremio por un nuevo período de cuatro años.
Almazán informó que la victoria fue contundente ya que «siete de cada diez docentes eligieron este proyecto político-sindical y la conducción de Baradel, en el marco de un conflicto tan prolongado, de mucha hostilidad y de intentos de desprestigio a nuestra profesión, y con una intensa campaña en contra por parte de los medios de comunicación nacionales. No solo se ratificó un liderazgo sino también el compromiso de estar presente en la cotidianeidad de las escuelas, intentando resolver los problemas de docentes y estudiantes, y en las luchas nacionales como cuando participamos del No al ALCA en 2005. Todo esto no solo se construye con una campaña mediática en un mes, sino que ayer se demostró que se construye a lo largo de muchos años».
Según la entrevistada el resultado de la elección también «es un voto de confianza a la política que venimos desarrollando, a nuestra fortaleza y a nuestras propuestas. Porque además se apoyó la unidad, y el reclamo legítimo de un aumento salarial justo. No puede ser que haya un maestro argentino, y en particular en la provincia de Buenos Aires, que siga en mayo de 2017 percibiendo salarios de agosto de 2016 con la corrida inflacionaria que hay días tras días y con la repercusión que tiene en nuestro sueldo. Además somos trabajadores que en un 40% perciben salarios por debajo de la línea de la pobreza. Mientras tanto la justicia está ordenando devolver los descuentos, incluir la última propuesta salarial en los pagos y plantea que la remuneración debe ser dinámica, pero el gobierno provincial no obedece los fallos».
Finalmente Almazán explicó que para el futuro SUTEBA sigue planteando «la necesidad de constituir una comisión en el marco de las paritarias que discuta propuestas e iniciativas en relación a generar una educación pública de calidad, y que se fortalezcan los proyectos educativos institucionales que mejoren lo que haya que mejorar, y que construyamos lo que está pendiente. Porque a diez años de la ley de educación, nosotros creemos que es parte de un debate democrático discutir planes educativos con la participación de los docentes, de las comunidades docentes y los estudiantes. La otra línea es seguir luchando por un salario que reconozca el valor trabajo docentes, y la convocatoria a la paritaria nacional docente, que el gobierno sigue sin convocar dejando librado a la suerte que cada provincia arme sus presupuestos educativos».
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