
Tras el acto conmemorativo del 1 de mayo en el estadio de Obras Sanitarias, Juan Carlos Schmid, secretario general del Sindicato de Dragado y Balizamiento e integrante del triunvirato de la CGT, dialogó con Puerto Base acerca de la coyuntura política argentina y mundial, así como de las perspectivas del movimiento obrero organizado en nuestro país.
Tras caracterizar a la fecha como una conmemoración histórica para renovar el compromiso con la lucha social Schmid afirmó que «nuestro plan de lucha comienza con una serie de encuentros para conversar sobre los temas de pobreza, federalismo, todo lo que está pendiente aún y que sigue siendo motivo para una protesta. El gobierno se ha quedado envuelto en un clima electoral donde confronta con el pasado reciente, ignora las angustias del presente, y no da ninguna respuesta sobre las incertidumbres del futuro«.
Luego amplió el análisis político al señalar que «preservar la unidad en lo sindical y trasladar esa unidad al campo de la alternativa política, es el gran engima del gremialismo argentino. Estamos tratando de consolidar el proceso de unidad. Una vez logrado eso hay que ver si podemos dar el salto a lo político, ofrecer una alternativa. Porque indudablamente podemos seguir reclamando y confrontando pero al fin de cuentas los resultados electorales son los que realmente cambian las leyes y las estructuras de las sociedades. Nosotros venimos discutiendo hace mucho tiempo y nos parece que ha llegado la hora de los trabajadoras. Vemos que hace mucho que no hay un trabajador, alguien que provenga del mundo sindical al frente de la cosa pública, sin embargo siempre hemos pagado los platos rotos de los desarreglos que hacen los políticos, por lo tanto, si bien no será algo inmediato, es hora de que se pueda intentar esa experiencia».
Finalmente Schmid reflexionó sobre el avance de opciones políticas de derecha en distintos lugares del mundo, las cuales obtienen triunfos electorales según el entrevistado porque «han fracasado los movimientos populares, los partidos con alguna tradición vinculada a la cuestión social. Particularmente es lo que pasa en Europa hace un tiempo largo. Todas las sociedades han dejado de creer en los partidos socialistas o en la socialdemocracia. Es llamativo ver como muchos sindicatos apoyan a Marine Le Pen en Francia o a Donald Trump en Estados Unidos. En la Argentina se dio con otras características. Creo que hubo un hartazgo por lo que fue lo anterior, hubo un rechazo que todavía hace ruido y que indudablemente es pegarse un tiro en el pie. Pero justamente esto marca la falta de una verdadera alternativa nacional y popular«.
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