José Luis Casares, secretario general de Sadop San Isidro, secretario general CGT Zona Norte y miembro de la Corriente Federal de Trabajadores, analizó la reorganización de esa CGT regional y el conflicto docente que cumplió cuatro semanas en todo el país.
En comunicación con Sindical Federal, Casares explicó que «en la zona norte se mantuvo la unidad y sólo se fueron algunos sindicatos que se abrieron para conformar una CGT paralela». De este modo «la CGT regional mantuvo la unidad con el 90% de los movimientos sindicales de la zona» y la próxima discusión será por ver «quién la conduce».
En esta discusión, señaló Casares, «se entrecruzan los intereses políticos partidarios«, sin embargo «estamos intentando que no incidan fuertemente» en la construcción para poder «tener una regional que esté al servicio de la gente». Esa CGT regional, enfatizó, «tiene que estar para defender a los trabajadores y la fuente de trabajo, no los intereses partidarios».
El dirigente gremial también se refirió al rol que adoptó la conducción tripartita de la CGT, integrada por Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña. Al respecto, sostuvo que «no creo en los triunviratos. En los sindicatos tiene que existir una lista de unidad». En esta línea, afirmó que «el Triunvirato no expresa la unidad. La unidad la expresa la concepción y no la repartida de cargos». En el caso particular de la Corriente Federal de Trabajadores, Casares destacó que «llegamos a la conducción de la CGT unificada sin bajar las banderas que venimos sosteniendo de los años 90. La coherencia es un capital, no podemos actuar en contra de lo que pensamos, hay que mantener los principios».
Tras un marzo cargado de movilizaciones, Casares analizó que «el proyecto nacional y popular esta a la vuelta de la esquina, esto hace que la gente se oponga a la profundización de este modelo y la confrontación fue mas rápido que lo que muchos esperaban». En este contexto, se refirió al paro docente y remarcó que es un sector en el que hoy se evidencia «un gran descontento por la actitud de los funcionarios para poder avanzar con las negociaciones».
Finalmente, enfatizó que «la paritaria nacional fue una lucha del movimiento sindical docente en conjunto», por eso no se puede abandonar «la pretensión de sentarnos en una discusión nacional para establecer las condiciones mínimas que tienen que tener los docentes. No hay una Argentina en cada provincia, ni hay un sistema educativo diferente» en cada distrito. Por eso, recordó que la Argentina tiene «una política educativa nacional y el espacio de la paritaria nacional es el ámbito para discutir los salarios y condiciones de trabajo. La lucha va a continuar».
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