
Agustín Amicone, Secretario General del Sindicato Único del Calzado, explicó en Desde el Barrio cuál es la situación que vive el sector, luego de que Puma cerrara su planta de Sanagasta, en La Rioja, y despidiera a 70 personas más 30 trabajadores indirectos. Además, la empresa echó a 40 trabajadores de la planta ubicada en Chilecito y otros 30 de la capital riojana.
Amicone señaló que «las dificultades del ramo tienen que ver con el aumento de las importaciones, pero también con la caída estrepitosa del mercado local. No es que anteriormente estuviera prohibido el ingreso de productos importados pero existía una regulación que, con el mercado interno funcionando, permitía una convivencia entre lo hecho en el país y lo que venía de afuera como complemento. ¿Qué pasó en 2016 y lo que va de 2017? Cayó la venta un 35% y las importaciones aumentaron el 22%, lo cual constituye un combo explosivo que provocó la pérdida de puestos de trabajo. Un quinto del personal ocupado se está quedando sin trabajo, y empresas grandes como Puma, que tiene más de treinta años de presencia en el país, se ha visto en una situación de no poder competir ante el ingreso de mayor cantidad de productos terminados en el exterior. Entre el interior y Buenos Aires hay 140 despedidos. A eso hay que sumarle los casi 400 de otras firmas subsidiarias».
El Secretario General de Calzado explicó que «no es cierto lo que aduce el Gobierno, que la importación abarata el costo del calzado. Entre las cargas aduaneras y los costos de fabricación de origen, el importado es un producto que no baja de los dos mil pesos. Algo inalcanzable para el bolsillo del trabajador. No solo no abaratan los precios, sino que agregan mayor desocupación, y así no se puede salir de la situación económica actual y de la pobreza en la que está, lamentablemente, la mayoría de la población argentina».
Contra este panorama, el entrevistado señaló que las medidas a tomar son «el estímulo al mercado interno, algo fundamental para el funcionamiento de cualquier país. Luego, adoptar una política inteligente de importaciones ya que no se trata de cerrar totalmente el ingreso de productos extranjeros, sino de crear una reserva de mercado para impulsar el desarrollo de las PyMES. En tercer lugar, una política de mejoramiento general de los salarios, dado que si hay una serie de aumentos en los servicios básicos y en alimentos, y no se negocian salarios con la frecuencia adecuada, después no hay dinero para consumir».
Finalmente Amicone ratificó que su sindicato participará del paro general del 6 de abril convocado por la CGT y adelantó que «no descartamos ningún tipo de acción individual si continúa la gravísima situación por la que están pasando los trabajadores de nuestro gremio y si sigue sin haber un auténtico plan integrador de la industria, algo que, por desgracia, hoy está ausente».
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