
A 41 años del golpe cívico militar se desarrolló en Tigre el sábado pasado, un cálido homenaje a los obreros detenidos desaparecidos de Astilleros Astarsa. Allí Radio Gráfica conversó con uno de los delegados de la década del `70, Juan «el chango» Sosa.
Lo que antes fue una planta fabril con 1500 operarios, hoy son tierras destinadas al negocio inmobiliario. Pero la lucha del movimiento popular hizo que se respete el espacio de memoria, la anguilera. Donde antes entraban los barcos para ser reparados.
Después de las palabras de Sosa, se clavaron en los fierros salientes de la anguilera cascos amarillos con los nombres de los compañeros detenidos desaparecidos. Quienes fueron secuestrados a partir de un accionar conjunto de las fuerzas militares y la empresa. No es un dato menor el apellido de quienes fueron los propietarios del Astillero: Braun Menéndez, aquellos de la masacre patagónica, «parientes de los que gobiernan hoy», comentó Sosa.
El «Chango» contó: «Cuando entré a trabajar no había ninguna agrupación para contrarrestar la política de la empresa y sacarnos de encima a la burocracia sindical, que siempre fue traidora o vacilante. Yo me dediqué a armar una agrupación que se llamó la ´12 de Septiembre`, que es el día del trabajador naval. Armamos una lista para las elecciones y perdimos por pocos votos, por inexperiencia nuestra. En este astillero, por cada barco que se hacía moría uno o dos compañeros, además de las enfermedades laborales que no eran reconocidas por la patronal».
Pero un día los trabajadores dijeron ¡Basta! y tomaron el astillero. Fue por la trágica muerte de un obrero, José María Alessio, de 24 años, que murió envuelto en llamas, producidas por los gases inoloros acumulados en los túneles que hacían el doble fondo de un barco.
Sosa recuerda que «con la toma del astillero, le hicimos firmar cinco puntos importantes a la patronal. Entre ellos que aceptaran una comisión de control obrero de las condiciones de trabajo respecto a seguridad, salubridad e higiene conformada por dos compañeros por sección. También que reincorporaran a todos los despedidos desde diez años a esa fecha, que eran más de 100 incluido yo. La lucha se ganó y a partir de ahí conformamos nuevas formas de trabajo. Se declaró insalubre todo el astillero, hasta las oficinas, porque el ruido era infernal y, a partir de ahí, en vez de trabajar ocho horas, se trabajan seis».
La toma estuvo respaldada por el nuevo contexto político. Era el año 1973 y quien estaba en el gobierno era Héctor Cámpora. La revista «El Descamisado» en su tercer número hizo una crónica del conflicto gremial. Y fue entrevistado un referente de la Juventud Trabajadora Peronista, Guillermo Greco, quien declaró «En estos momentos en que se inicia un Gobierno Popular, que tiene como tarea inmediata la Reconstrucción Nacional, la patronal de Astarsa, ligada a la oligarquía y al imperialismo, responde con medidas que tienen como trágica consecuencia la muerte de un joven compañero».
Sin embargo la fuerza sindical de base lograda en Astarsa fue pulverizada por la dictadura: «Con el golpe militar, ellos (por la empresa) estuvieron prendidos desde siempre. Aquí entraron helicópteros y carros de combate, llevándose a más de 60 compañeros, de los cuales muchos permanecen desaparecidos«, explicó Sosa. Quien también habló del presente: «Se tomaron la revancha. Hoy por hoy las familias éstas, Braun Menendez y Brown Cantilo, están emparentadas entre ellas junto a Peña Braun, quien está emparentado con Bullrich Luro Pueyrredón. Están todos en el gobierno ahora. Además del poder del dinero, están gobernando. Lo que buscan es acrecentar sus fortunas y devolver favores a todos los mercenarios que les hicieron el trabajo sucio».
Por último el «Chango» se refirió a la importancia de todos los años seguir homenajeando a los compañeros y exigiendo Juicio y Castigo: «Es muy emocionante porque aquí yo viví los mejores años de mi vida. Fue mi primera experiencia de jubilo total porque no solamente aprendí a soldar y cortar fierros, también aprendí a dirigir hombres y arriesgar la vida por ellos, que es el orgullo más grande que puede tener un ser humano«.
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