Siete presos murieron al quedar encerrados en un incendio producido en la comisaría 1° de Pergamino, de la Policía Bonaerense. Azucena Racosta, integrante de la Maestría en Comunicación y Criminología Mediática de la Universidad Nacional de La Plata, dialogó en Desde el Barrio al respecto y aseguró que “el monstruo está absolutamente desatado”.
“Los tiempos que corren son muy difíciles. No tenemos ninguna garantía constitucional”, expresó Racosta. Y agregó: “Los hechos que ocurren al interior de las cárceles y de los institutos penales de menores nos está diciendo que los tiempos que corren son dictatoriales. Tenemos que prepararnos, formarnos, para poder enfrentar está situación, que es engañosa porque el brazo armado de este gobierno no son las fuerzas armadas sino el poder judicial”.
En comunicación con Carla Pelliza y Lautaro Fernández Elem, la fundadora de Radio La Cantora manifestó que “los policías que asesinaron a los siete jóvenes quedarán impunes”. “La gobernadora comenzó con un discurso combativo, como que iba a ir contra las mafias penitenciarias, pero, evidentemente, está usando estas fuerzas para beneficio propio y no para la custodia de la ciudadanía”.
Además, la integrante de la Maestría en Comunicación y Criminología Mediática de la Universidad Nacional de La Plata afirmó que “las comisarías no están preparadas para tener detenidos”. “Las celdas son tremendamente antiguas. No tienen agua ni luz. Tendrían que ser derribadas porque para eso están las alcaldías. Sin embargo, las comisarías están llenas de gente y eso no lo ve ningún juez penal. Todo el mundo hace oídos sordos y esto se está incrementando”.
A su vez, Racosta opinó que los presidiarios murieron “por la negligencia”. “No hay un control de las mafias del servicio penitenciario. Esto, además, coincide con la asunción de una gobernadora que tiene la misma ideología que esta fuerza. Por lo tanto, estamos en peligro”.
Finalmente, Azucena Racosta declaró que “para enfrentar realmente a las mafias penitenciarias hay que conocer mucho el terreno”. “Se debe diseñar una política pública estricta y contundente para romper los negocios de estos señores. Es un tema difícil. Los gobiernos no quieren meterse con esto por el temor al apriete”.
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