Juan Carlos Amado, trabajador de la planta automotriz de Volkswagen en Pacheco conversó con Lucas Molinari en Punto de partida acerca de la situación de la empresa tras la suspensión de 600 trabajadores.
Las suspensiones coinciden con el 24 de febrero, Día del Mecánico desde 1947 cuando la Secretaría de Trabajo y Previsión instituyó el feriado para los trabajadores del sector, razón por la cual Amado comenzó afirmando que «es un día que festejamos siempre, pero que en esta ocasión fue muy triste. Anunciaron suspensiones por un año y medio, y ya nos dijeron que podemos quedar definitivamente despedidos. Vamos a organizarnos para mantener las fuentes de trabajo».
Amado también detalló que «como en la época de la dictadura se militarizó la planta, con la seguridad privada adentro y la gendarmería rodeando afuera. ¿Qué pensó la empresa?, ¿que íbamos a tomar la fábrica? Nunca se nos ocurrió, nosotros lo que queremos es trabajar, pero la Vidal [por la gobernadora de Buenos Aires] mandó a la policía a cuidar a la empresa, no a los trabajadores. Hace un año que hay retiros voluntarios, que son despidos encubiertos. La empresa hace un trabajo de desgaste psicológico para que se acepte una indemnización que se gasta y después el compañero queda en la calle. Ya lo vivimos en 2001. Somos 600 suspendido de un total de 3.800. Como legalmente la empresa no nos puede suspender por más de noventa días seguidos, nos dijeron nos van a mandar telegramas cada treinta días».
Asimismo el entrevistado se refirió a la situación productiva de la planta al señalar que «estamos ‘a full’. Tiramos mas de cien camionetas modelo Amarok por turno, más lo que tira la producción de autos modelo Suran. Se redujo personal y sin embargo mantenemos el nivel de producción. Se produce tanto o más con menos gente. La empresa nos quiere llevar a una flexibilización laboral y el gobierno se lo permite. Así como estuvo dando vueltas gendarmería me hubiera gustado ver manden a un veedor del Ministerio de Trabajo para que constate la situación».
Finalmente Amado cuestionó el rol de SMATA en la situación porque «nos dijeron que las seiscientas suspensiones son el mejor arreglo posible y que tengamos confianza. No estoy de acuerdo, el mejor acuerdo era que quedáramos todos adentro. Además repito, no estamos en una crisis, incluso en la fiesta de fin de año de la empresa los directivos nos dijeron que estábamos primeros en ventas. Ojalá que el sindicato cambie su actitud y se ponga a la cabeza de este reclamo. Es un sindicato fuerte y tiene dirigentes que están a la altura de los conflictos. También queremos que el sindicato apoye la medida del 7 de marzo, y que no sea una marcha, que sea un paro porque los trabajadores no podemos aguantar más. Lo que está haciendo el gobierno no es un error, es un modelo contra el que hay que pelear«.
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