El padre Francisco «Paco» Olveira, párroco de la Isla Maciel e integrante del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres, dialogó con Punto de Partida sobre la carta enviada al Papa Francisco para solicitarle su involucramiento en el caso Milagro Sala.
El padre Paco explicó que «nos pareció necesario pedirle al Papa Francisco que se involucre lo más que pueda, porque claramente en nuestra patria hay presos político y se ha degradado el estado de derecho. Es una forma más de mantener viva la injusticia que se está cometiendo en nuestra patria con ella y con todos los detenidos de la Túpac Amaru. No tenemos grandes expectativas de que haya una respuesta. No por él, que sabe lo que pasa y le preocupa, sino por el gobierno que es ciego y sordo a reclamos a pesar de que se llena la boca con la supuesta idea de ser dialoguista y transparente. En ese sentido no tengo demasiada esperanza, pero no hay que bajar los brazos y seguir buscando todos los caminos».
El eclesiástico también afirmó que «cuando no había esperanza hubo Madres y Abuelas, tildadas de locas, que con un megáfono iniciaron el camino para militar permanentemente la causa de los Derechos Humanos. Como bien dijo Raúl Zaffaroni, la diferencia entre la Argentina y otros países que sufrieron terrorismo de Estado, es que en nuestro país la movilización consiguió que haya memoria, verdad y justicia».
Por último el padre se refirió a la situación en provincia de Jujuy al afirmar que allí«se ha creado el sentido común de que la Túpac Amaru es una organización armada de ladrones. Llegaron tan lejos que alguien pudo plantear la idea de hacer un referendo sobre la situación de Milagro Sala, como si estuviéramos en la Edad Media decidiendo si quemar o no a una bruja. La verdad es que si uno va a Jujuy ve que se está destruyendo una obra inmensa».
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