Edgardo Depetri, diputado nacional por el Frente Para la Victoria (FPV), fue consultado en Abramos la Boca en relación al caso de corrupción que tiene como protagonista al titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas. Además se refirió a otros temas de la actualidad política.
Sobre el caso Arribas, Depetri señaló que «para él y para todos los funcionarios del macrismo existe la presunción de inocencia. Para gente como Milagro Sala, no. Arribas tiene poder como para manipular la causa a través de la AFI gracias a sus fondos reservados y a sus contactos con jueces y espías capaces de armar causas».
En este marco, el diputado señaló que «es un papelón lo que hace el Gobierno en este tema. Les doy un ejemplo: el dinero que supuestamente se robó Lázaro Báez suma un total de diez mil millones de pesos a lo largo de doce años, mientras que en un año de Gobierno de [Mauricio] Macri, sus socios ganadores de licitaciones se han adjudicado veinticuatro mil millones de pesos. Sólo con este dato podemos dimensionar la doble moral de los funcionarios del Gobierno».
En relación al rol que juega la diputada Elisa Carrió, quien presentó una denuncia contra el titular de la AFI, Depetri analizó que «mañana va a decir que a Arribas presentó sus papeles y ya está. Ella es una colectora del macrismo, presentada como el ejemplo de honestidad y máxima palabra en la materia. Lo denuncia y después tiene la potestad de declararlo honesto. Lo que no se dice es que, más allá de los casos puntuales, lo corrupto es el modelo que concentra riqueza entre los empresarios, en particular los amigos del Presidente, y para el pueblo solo hay pobreza, desocupación y miseria».
Finalmente el diputado comentó sobre la nueva ley reguladora de las Aseguradoras de Riesgos de Trabajo (ART): «El decreto que se usó para aprobarla es inconstitucional y autoritario. El Presidente no puede legislar. Creo que hay una brutalidad que ni los propios escribas del poder, por ejemplo Joaquín Morales Solá, son capaces de defender. El PRO se jugó a consolidarse en el poder a través del fraude. Ese era el objetivo del voto electrónico. Creyeron que tenían todo cerrado y que iban a poder implementar este plan de ajuste».
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