Julio César Urien, también apodado como «Boina» y marino de la Armada, pasó por Punto de Partida para charlar sobre La Sanmartiniana, un proyecto desarrollado junto a la militancia y los sectores populares que genera conciencia fluvial y marítima.
Urien explicó que este “es un proyecto desarrollado con la militancia y los sectores populares para generar conciencia fluvial y marítima estando en el agua, navegando en los grandes ríos como el Paraná y en el Atlántico Sur». Además contó que iniciaron «una travesía que va desde Misiones hasta Buenos Aires, tocamos cerca de 20 localidades costeras y de ahí nos fuimos a Ushuaia”. Durante el proyecto «desembarcaron más de 2000 jóvenes que se iban turnando entre puerto y puerto, chicos de comedores y escuelas de sectores populares que iban conociendo sus ciudades desde el mar”.
El «Boina» señaló que “somos un pueblo que vive de espaldas al mar. Necesitamos generar esta conciencia y creemos que la defensa de la soberanía está en los sectores populares. Ellos tienen que asumir este gran espacio, más que nada del espacio marítimo que equivale a dos Argentinas y que si no luchamos vamos a perderlo. Los ingleses nos disputan tres millones de kilómetros cuadrados que son nuestros, entre ellos las Malvinas y la Antártida”. Por ello “con este proyecto queremos tener más embarcaciones en estos espacios para defender nuestra soberanía”, afirmó.
En relación a las políticas impulsadas por la actual gestión, Urien explicó que “la Sanmartiniana es definición de soberanía, por eso nos ningunean, nos hundieron. La Prefectura Naval depende de este Gobierno nacional y quiere retrotraer, quiere amigarse con los ingleses, todo lo contrario al anterior Gobierno que tenía una política activa donde denunciaba que nos están robando los recursos naturales”. En esta línea explicó que para esta gestión “es una espina en el zapato que La Sanmartiniana denuncie esto y plantee la soberanía. El proyecto de este nuevo Gobierno nos ata a la dependencia y al coloniaje, nos agrede en todos los sentidos. Necesitamos tener una política integral. Al tener recuperada La Sanmartiniana, demostramos que es factible navegar en el sur”, confirmó.
En comunicación con Lucas Molinari, explicó que el Gobierno macrista “va a avanzar hasta donde el pueblo los banque. En los últimos 12 años se creó un colchón pero cuando se vaya perdiendo, habrá una gran reacción. Conociendo la historia, nuestro pueblo va a resistir. Vamos a pagar mucho las consecuencias, como la desindustrialización y la deuda externa que nos van a dejar. Nos va a llevar varias generaciones. Cuando volvamos vamos a tener que profundizar las políticas”.
Además, Urien relató cómo vivió el retorno de Juan Domingo Perón el 17 de noviembre de 1972: “Estaba en la Infantería de la Marina, recién recibido. Estaba en un batallón en el sur y nos manda a la ESMA a tomar posición de defensa de la Escuela, donde teníamos que organizarnos en grupo de tareas. Éramos un grupo de Cabos de 22 años y teníamos que actuar como ejército de ocupación. Teníamos dos alternativas: darnos de baja e irnos o producir un hecho político y demostrar que había militares que estábamos con los estudiantes y los trabajadores apoyando la lucha y la vuelta de Perón. La noche en que nos estaban deteniendo, decidimos tomar la ESMA. Éramos unos 200 hombres y salimos a juntarnos con el pueblo en agradecimiento a Perón”.
El hecho de «que oficiales jóvenes hayan tomado la determinación de no salir a reprimir al pueblo fue un sacudón muy grande para la Armada, que en su historia muestra que es muy gorila. Ésto aceleró la retirada de la dictadura de Lanusse, porque era el preludio de la desintegración de las Fuerzas Armadas enfrentado al pueblo movilizado”, relató Urien.
Para finalizar, se refirió al rol tienen las Fuerzas Armadas en la actualidad: “Creo que en estos últimos años hubo una transformación en los cuadros militares, sobre todo con lo que pasó (en la útlima dictadura cívico-militar). La concepción de la fuerza armada sobre la represión interna colapsó. Ésto, sumando a la derrota de Malvinas, provocó una implosión en la sociedad. Todo eso generó una toma de conciencia en la reglamentación de defensa de las Fuerzas Armadas y pasaron a depender y ser conducidas por el poder político”.
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