El ex viceministro de Economía de la Nación, Emmanuel Álvarez Agis, caracterizó el proyecto de régimen público-privado para el financiamiento de obra pública nacional que fue impulsado por el oficialismo. Además, en diálogo con el programa Punto de Partida, se refirió a la situación económica del país.
El Congreso de la Nación trató hoy el proyecto de Ley de asociaciones público-privadas. En ese contexto, Agis explicó: Argentina parece no aprender más de las malas experiencias latinoamericanas. La verdad es que estos regímenes (público privados), cuando son generalizados, no han dado buenos resultados en nuestra región. Dejó de ser una novedad porque desde mediados de los años 90 se promueve esta iniciativa».
«No son casos aislados, promueven la corrupción y los sobre-costos. A la vez, se retira al Estado de la redistribución del ingreso. Básicamente encarando obras que no tienen una rentabilidad privada, pero sí social (…) Si dejamos que los privados decidan dónde hay que hacer obra de infraestructura, solo quedarán las obras rentables para la empresa, pero no las que necesita un país como Argentina», analizó.
En diálogo con Lucas Molinari y Úrsula Asta, hizo referencia a la posibilidad de privatización de servicios públicos a partir de esta legislación. «No sólo pasaría eso (la privatización), sino que cada licitación, cada contrato, está hecho a medida. Entonces se pierde mucho la capacidad de controlar, de ver la transparencia de las licitaciones», marcó.
«En Argentina si los puertos los hubieran construido empresas, sólo se exportaría soja», ejemplificó el ex funcionario.
La ley implicaría, además, que ante casos de litigios, la situación sea dirimida en tribunales extranjeros. Sobre esto, el ex viceministro planteó: «Estamos convirtiendo a los contratistas de obra pública en fondos buitres. No me sorprendería que dentro de unos pocos años el peaje de la autopista Buenos Aires-La Plata lo determine el Juez Griesa».
“Hay que entender que Argentina tiene fondos de garantías sustentables con el dinero de los trabajadores. Ese es el fondo que invierte en la economía real. A lo largo y ancho del mundo, existen fondos de pensión que invierten sus activos en fondos financieros», diferenció. Y caracterizó: «Estas iniciativas público-privadas, dan un marco legal mundialmente a estos fondos para que inviertan su dinero para financiar una autopista”.
Luego, incluyó más consecuencias de estos regímenes en Latinoamérica: “Por un lado, es menor recaudación. Porque obviamente los inversores en esos contratos, que son a medida, se eximen de este impuesto o lo pagan en cuotas».
«El segundo punto más importante es que implica una forma de cubrir el endeudamiento externo. Porque cuando Argentina quiera construir una ruta, no va pasar como ahora, que sale al mercado de capitales a emitir un bono y toma el endeudamiento en dólares. Sino que probablemente en el contrato de la licitación de esa ruta va estar incluido un financiamiento que va a provenir del fondo de pensión de jubilados de Canadá, que es el más grande de América latina. Esto también es una forma de endeudamiento», sumó.
«Lo veo asociado al `mundo contratista´ y no tanto a la `patria contratista´. Porque esta ley va a extranjerizar la obra pública. Básicamente las empresas que están asociadas con este tipo de financiamiento provienen del mercado mundial y son reconocidas en todo el mundo por realizar este tipo de iniciativas», sostuvo Agis respecto al proyecto de Ley.
«En el horizonte veo que Argentina se dirige al precipicio. Todavía está muy lejos, pero el macrismo va muy rápido. Cuando escucho al presidente diciendo que no le pongan palos en las ruedas, yo prefiero que a la carreta le pongan un palo en la rueda», analizó sobre el escenario de ajuste.
«La Argentina está muy desendeudada. Entonces el margen que tiene para endeudarse es relativamente alto. Pero lo cierto es que el mercado internacional está diciendo que estamos desendeudados, pero que vamos muy rápido”, dijo.
Y, para concluir, diferenció su gestión del Gobierno actual: “ Nosotros teníamos un problema: que nos faltaban los dólares que necesitábamos para que la economía creciera a tasa más alta. Pero al macrismo le sobran los dólares y no los destina a la producción, sino a la especulación. Argentina tiene una historia de adicción con la deuda, estuvimos 12 años en un período de abstinencia, pero ahora tenemos una recaída muy fuerte”.
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