Por Úrsula Asta *
Tras el acuerdo de un bono de fin de año de dos mil pesos en carácter de “referencia” firmado entre el triunvirato de la Confederación General de Trabajadores (CGT), algunos sectores empresariales y el Gobierno nacional, se esperan más jornadas contra el ajuste y por pedido de reapertura de paritarias. Gremios y movimientos sociales se manifestarán los próximos días.
El bono de fin de año no vinculante y establecido sólo como un modelo de referencia que anunció el jefe de Gabinete junto a ministros nacionales hace poco días, no sólo no “empata” la pérdida de poder adquisitivo de las mayores porciones de la población, sino que está lejos de ser un hecho. Gobiernos provinciales asumieron que sus economías están en “rojo”, por lo que pusieron en duda el pago del bono a los estatales. Y tampoco hay una obligación de pago a las y los trabajadores del sector privado. Ni el mismo equipo de gobierno aseguró estar en condiciones de pagar el bono anunciado a estatales nacionales.
En este contexto, la negativa a la reapertura de paritarias implicará, en concreto, un paro que el sector bancario realizará el próximo viernes 28 de octubre. Día en el cual también se realizará la audiencia pública por el aumento de la tarifa de luz, que mantiene alerta a las Multisectoriales “contra el tarifazo”. Las cuales nuclean a pequeñas y medianas empresas, cooperativas, empresas recuperadas, entre otros sectores.
Si bien en un principio la jornada de paro del 28 iba a sumar a otros sectores gremiales además de la Asociación Bancaria, la cual forma parte del ala CGT nucleada en la Corriente Federal de Trabajadores, por el momento será sólo un reclamo de ese sector. El planteo principal es la exigencia de reapertura de paritarias. “Si no hay reapertura, el 28 habrá paro de 24 horas”, había anunciado el secretario general Sergio Palazzo.
Sin embargo, a ese paro se suma una jornada nacional de lucha para el próximo 4 de noviembre. Así lo informaron las dos centrales de la CTA, la liderada por Hugo Yasky y la de Pablo Michelli. Junto a ellas, movimientos sociales cercanos al ecumenismo del papa Francisco estarán manifestándose. Es el caso de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) con Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), que se expresaron en una masiva movilización el pasado 7 de mayo en la marcha San Cayetano.
Entonces, no sólo se manifestarán trabajadores de la economía formalizada, sino representantes de la economía informal. En este sentido, Daniel Menéndez, coordinador Nacional del Movimiento Barrios de Pie, planteó que en estas condiciones “cada chico debería percibir un bono” en referencia a las familias que cobran la Asignación Universal por Hijo.
Por su parte, Yasky explicó que la jornada implicará una movilización en la Ciudad de Buenos Aires y en otras ciudades del país, al tiempo que algunos gremios convocarán al cese de tareas. “El bono no alcanza”, señaló el dirigente gremial.
En este sentido, un reciente estudio publicado por el Centro de Economía Política para la Argentina (CEPA) demostró que solamente para empatar la pérdida del poder adquisitivo, el bono de fin de año debería oscilar entre los 6 mil y los casi 15 mil pesos dependiendo del sector. Por ejemplo, para quienes se desempeñan en la administración pública el bono debería ser de 6.335,71 pesos y para el sector metalúrgico, de 14.867,60 pesos. Lejos está de esto, en caso de cobrarse, el bono de dos mil pesos.
A pesar de las idas y vueltas sobre el anuncio de un paro general que aúne a todas las centrales gremiales, continúan las manifestaciones a veces más o menos sectorizadas que se llevaron adelante a lo largo del año.
La jornada del 29 de abril implicó la participación de las cinco centrales obreras, la Marcha Federal movilizó a todo el país, y hay constantes conflictos por sector y por empresa debido a despidos, suspensiones y a la pérdida de salario. Con fecha programada, esto continuará al menos las dos próximas semanas.
(*) Conductora de Feos, Sucios y Malas
