En una extensa entrevista, Sindical Federal dialogó con Sergio Palazzo, secretario general de la Asociación Bancaria, quien opinó acerca los primeros meses de gestión de Cambiemos e hizo un claro análisis de la actualidad del sistema financiero en la Argentina. Además reveló su postura sobre la unidad de la CGT y su perspectiva hacia el 22 de Agosto.
En primer lugar, reflexionó acerca del primer semestre de gestión de Mauricio Macri. «Tenemos una visión muy crítica de estos primeros meses. La teníamos anteriormente sobre su pensamiento económico, político e ideológico. Ha actuado en consonancia con lo que ha planteado en la campaña electoral. Nadie lo puede llamar engaño. Salvo lo del Impuesto a las Ganancias, donde dijo que lo iba a derogar y no lo hizo, lo demás lo está cumpliendo. El sinceramiento de tarifas, todos sabemos que era tarifazo; la actualización de precios era su liberación y el no control de la inflación; cuando habló de liberar el cepo, todos sabíamos que era una devaluación. Nadie puede llamar a eso sorpresa. Me parece que hay que hacer una autocrítica profunda de la sociedad argentina ya que votó lo que está pasando. Nosotros que advertimos lo que iba a suceder y que actuamos en consecuencia invitando a votar a otro modelo político, entendemos que se está castigando fuertemente a los sectores de los trabajadores y de menores ingresos, y que tienen rápida solución a los problemas de la economía concentrada, de los grandes formadores de precios que se han visto sumamente beneficiados».
En diálogo con Lautaro Fernández Elem y Leonardo Martín, señaló que «las corporaciones financieras han tenido estrecho vínculo con todos los gobiernos que han pasado, esto hay que decirlo. El modelo financiero siempre ganó en la Argentina, incluso en sus peores crisis a nivel mundial aquí seguían ganando plata. Y cuando les tocó perder, se tuvo que hacer cargo el Estado como en el corralito del 2001. Y hoy se sigue haciendo cargo de la rentabilidad de los bancos. Que los bancos tengan como primer opción la especulación de comprar Lebacs al 38 por ciento de tasa de interés, y no el dar crédito a través de la toma de depósitos, deja claro que se le está garantizando una alta tasa de rentabilidad a las entidades financieras. Esa alianza estratégica que tienen se ha fortalecido por el concepto que tiene el presidente del Banco Central de ese acercamiento particularmente con la banca internacional. Si uno mira los balances, se encuentra en los Bancos que cotizan en bolsa que en el primer trimestre hay ganancias que van desde el 25% hasta bancos que ganaron el 107%».
En ese sentido, comentó que observaron que «hay una transferencia de la cartera de depósitos de los bancos del sector público a los del sector privado. Está mutando parte de esa cartera, que está flotando en 8.000 millones aproximadamente. Si uno mira a esas instituciones que han aumentado su tesoro en eso y lo coteja con la compra de Lebacs, se da cuenta que son los mismos. Están haciendo un negocio fabuloso: con plata del Estado, ellos compran Letras del Banco Central al propio Estado que le generan una rentabilidad sideral».
El dirigente bancario fue uno de los que encabezó, junto a Daer, Schmid, Amichetti, el Comité Confederal de la CGT. «Veo con una gran expectativa y con alegría la posibilidad de ese Congreso donde los trabajadores vamos a elegir una conducción unificada, independientemente del estilo que sea. Creo que es uno de los hitos más importantes del sindicalismo argentino de los últimos 20 años. Hace 20 años que hemos estado en distintos lugares, en distintas rupturas, peleándonos y discutiendo por distintas razones, mientras tanto la agenda política de los grandes temas nacionales le ha marcado la política o en este caso el sector empresario y los trabajadores hemos estado ausentes de esa discusión. Con lo cual creo que es un puntapié inicial muy importante para empezar a poner las cosas en su lugar y poner en pie de discusión al movimiento obrero. Es cierto que hemos tenido diferencias, que hemos tenido caminos encontrados, hemos tenido contradicciones flagrantes entre los propios dirigentes sindicales y nuestras organizaciones, pero no es menos cierto que nos debemos una profunda autocrítica para no cometer esos errores nuevamente. Igualmente pasan a ser contradicciones secundarias cuando uno ve que tiene un Estado que agrede con un tarifazo descomunal, cuando ve que hay una transferencia fenomenal de recursos hacia la economía concentrada, cuando ve el endeudamiento que surge en la Argentina y que va a condenar a futuras generaciones. Esas contradicciones no son irrelevantes y deben ser revisadas, pero hay que tener en claro la contradicción fundamental que es si los trabajadores queremos organizaciones sindicales y un movimiento social que pelee por justicia social para todos y por un país inclusivo, o si vamos a permitir que la agenda la manejen las grandes corporaciones para generar un país donde sean las minorías privilegiadas las que ganen», declaró al respecto.
En relación al tan mencionado reordamiento del movimiento obrero y sus posturas, el dirigente bancario definió que «hay un objetivo primordial que es lograr la unidad. La unidad es la que le va a dar consistencia y volumen a cualquier medida o cualquier plan de acción. Por supuesto que nuestra organización está dispuesta a una medida de fuerza. Si fuese posible la hace ya porque está activada, tiene conciencia política, una trayectoria de lucha y una militancia importante en este último tiempo. Pero también entendemos que hay organizaciones que no están en la misma sintonía. A veces por la premura, terminamos haciendo un paro aislado que no va a tener la fuerza suficiente. Sobre lo que hay que trabajar es en la unidad para desde ahí forjar la fortaleza que se necesita para declarar una medida de fuerza. Hoy con tres espacios donde se está pensando de modos distintos, es difícil amalgamar la posibilidad de una medida de fuerza. Si me preguntan por mi organización y por mi opinión personal, creo que tendríamos que haber parado el día que el Presidente vetó la Ley Antidespidos. Esa era una medida de fuerza que le tendría que haber mostrado el sindicalismo argentino al Presidente y no lo hicimos».
En el aire de Radio Gráfica, hizo mención a lo que podría ser la futura conducción de la CGT. «Hay que buscar un camino de transición. Hemos estado tanto tiempo distanciados y es tan profundo el fraccionamiento que ha habido dentro del movimiento obrero que creo que se necesita una conducción colegiada. Y no lo limitaría a tres, podrían ser cuatro o cinco o los que hagan falta para contener a todos los espacios políticos necesarios en la conducción». En esa línea, consideró que «nuestra organización, por los méritos que acarrea en el último tiempo, creo que tendría que tener un lugar dentro de esa conducción».
Por último, el secretario general de la Asociación Bancaria se mostró conforme con el documento presentado por un grupo nutrido de sindicatos. «Compartimos claramente con los compañeros del Núcleo del MTA el pensamiento de país que desarrolla del documento. Creemos en la necesidad de defender la industria nacional porque es la gran generadora del empleo argentino. Creemos en un rol protagónico del Estado visto en su magnitud, aunque pareciera que el Gobierno actual limita al Estado a ver qué cantidad de trabajadores hay y en función de eso los despide. Nosotros entendemos que detrás de cada trabajador hay una política pública y si se despide un trabajador se está mermando una política pública. Creemos en la sana discusión de una reforma tributaria que tienda a corregir la inequidad del sistema tributario argentino. Obviamente, planteamos la necesidad de una reforma financiera que no apunte a liberalizar todo el mercado cambiario sino que le ponga coto y límites a este sistema que cuando hay crisis se las hace pagar al Estado, y cuando hay ganancias se las llevan. Creemos en un modelo de país integrado y federal, por eso firmamos este documento con estos compañeros de quienes nos sentimos orgullosos de estar acompañados», sintetizó.
LFE / GF / RG