Así lo afirmó en diálogo con Punto de partida Alejandro López, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén (SOECN), al referirse a la situación que atraviesan la fábrica FASINPAT (ex- Zanón) y las otras empresas ceramistas de las ciudad, todas ellas bajo control de los trabajadores hace más de diez años.
López detalló que «las tarifas de luz y gas se nos han triplicado. Por ejemplo, en Zanón estábamos pagando trescientos mil pesos en promedio mensual de luz y ahora nos llegaron novecientos mil. Y en el tema del gas, si tomamos los últimos cinco o seis meses pagábamos aproximadamente entre un millón y medio y dos millones de pesos y ahora el costo pegó un salto a ocho millones, lo cual para nosotros es impagable. No nos dan los números y se pone en riesgo nuestra situación laboral. Al ser tan brutal el tarifazo ni siquiera lo podemos trasladar al precio del cerámico, ni produciendo el doble de lo que producimos o vendiendo el doble de lo que vendemos nos alcanzaría para pagar estas facturas».
Sobre alguna posibilidad de recibir un paliativo López explicó que tras una reunión entre los gobernadores de las provincias patagónicas, el Ministro de Energía Juan José Aranguren y el Ministro del Interior Rogelio Frigerio «el gobierno nacional propuso poner un tope del 400% en los aumentos y trasladar la mitad de la tarifa al verano, pero para nosotros no es ninguna ayuda porque siguen siendo tarifas fuera de nuestro alcance y porque no consumimos menos gas en verano que en invierno, nuestra producción tiene un ritmo lineal».
De cara al futuro el entrevistado recordó que «fueron los trabajadores los que sostuvieron estos puestos de trabajo cuando los patrones abandonaron o quebraron fraudulentamente las fábricas. Trabajamos y luchamos incansablemente durante todos estos años y superamos las crisis de 2001 y 2008. Ahora hay una nueva crisis y no nos ayudan unas políticas que van en contra del trabajo genuino y que solo aumentan la fila de compañeros desocupados», y avisó que los trabajadores van a «hacer asambleas para ver cuáles serán los pasos a seguir. Pero desde ya aclaramos que aunque tuviéramos la plata para pagar estas cuentas también sería una decisión difícil porque no nos quedaría suficiente plata para pagar salarios o para seguir comprando materia prima».
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