Dirigentes sindicales se reunieron en una interesante mesa de debate propiciada por Radio Gráfica.
En Punto de Partida, Héctor Amichetti (Secretario General del Sindicato Federación Gráfica Bonaerense), Mariano Denegris (Secretario de Prensa de UTE), Alejandro Fagiani (Secretario de Cultura de la Asociación Bancaria) y Claudio Marín (Secretario Adjunto de FOETRA) debatieron a fondo el momento sindical, social y político.
El puntapié inicial lo dio Lucas Molinari al consultar por la situación actual de cada gremio.
Héctor Amichetti expresó «Este gobierno – a veinte días de asumir – revirtió todas las medidas de protección que existían sobre la industria del libro en función de las necesidades de las grandes editoriales. Muchas pequeñas y medianas editoriales que en 2003 había producido 36 millones de ejemplares, en 2014 llegaron a un tope de 128. Esto generó fuentes de trabajo en la industria gráfica que invirtió 2.400.000.000 dolares en todas las ramas. Esto es lo que está hoy en riesgo».
Claudio Marín también dio cuenta de la realidad de su sector: «Nextel despidió decenas de trabajadores habiendo ganado 218 millones en el último año. Ganan 180% lo que pagan a cada empleado. El Ministerio dictó la conciliación obligatoria con los laburantes pero la empresa se negó. No nos olvidemos que ahora Nextel pertenece a Clarín. La empresa aprieta a los despedidos con una impunidad digna de quienes se creen dueños del país. Por eso es necesaria la Ley Antidespidos».
Por su parte, Alejandro Fagiani se refirió al acampe y la larga pelea de los bancarios: «La lucha llegó a buen término porque logramos la reincorporación de los compañeros del Provincia y Central; pero también logramos una paritaria que anualizada es del 37% para alguien que se inicia. La pelea sigue en defensa de los puestos de trabajo en el Banco Citi. El sindicato está trabajando fuerte para que dentro de las condiciones de venta de la banca minorista, estén los trabajadores».
Finalmente Mariano Denegris expresó: «Nosotros cerramos la primera paritaria. Quebramos el 25% que quería el macrismo. Quebramos un piso nacional y en las principales jurisdicciones llegamos al 35%. Igual, vamos a tener que volver a discutir porque la dinámica de precios se volverá a discutir. Ahora, la cuestión que vemos por delante es el vaciamiento de programas educativos. Si en la década del noventa había provincialización, hoy hay tercerizacion y vaciamiento de los programas. Por ejemplo las orquestas infantiles juveniles, un programa reconocido en todo el mundo por haber llevado la música a los barrios populares. Después meten las ONG en la escuela pública que es la gran novedad de este nuevo neoliberalismo»
El 29 de abril pasado el movimiento obrero dijo presente en las calles, y cada dirigente brindó su mirada:
Héctor Amichetti señaló que «La Unidad de las centrales se instaló con los despidos cuando algunos dirigentes sindicales estaban entusiasmados con un pacto social con el macrismo. Fue tan contundente el avance liberal de este gobierno que hizo esta unidad en acción. Esto es muy importante. Esa convocatoria, que llevó tanta gente en la calle, implica un desafío hacia adelante que es canalizar las banderas levantadas sin claudicaciones». El bancario Alejandro Fagiani dio cuenta de un 29 sin conducción partidaria: «Lo que está claro es el proyecto de país que se quiere. La forma intuitiva de conducción del movimiento obrero es ponernos de acuerdo en los pésimos y no en los óptimos. Los pésimos son las políticas liberales, el despido de trabajadores y eso se manifestó el 29». Por su parte, Claudio Marín planteó que «también nos debemos nosotros hacia dentro una discusión sobre modelo económico. Por más que esto nos lleve a unidad de acción, que no nos pongamos rápidamente de acuerdo. Saber que hay una divisoria de aguas. Nosotros no estábamos discutiendo modelo desde hace 60 años a esta parte. Si hay una virtud de los últimos 12 años es haber recuperado el accionar social como transformador político y estar discutiendo qué modelo de acumulación tenemos. Por eso tenemos que conformar una conducción del movimiento obrero que tenga claro que el modelo de acumulación no es este, es el otro». Finalmente, Mariano Denegris precisó que la movilización fue un punto de partida: «pusimos al palacio y la calle en sintonía, porque primero se trató en el Congreso, y después 350.000 trabajadores le dieron legitimidad, ponemos en debate si el modelo de país es con mercado interno o no, porque ahí está la discusión del trabajo».
Otro tema interesante de la mesa fue el rol del movimiento obrero. Para Héctor Amichetti «El movimiento obrero debe encontrar un punto de encuentro con el programa. Siempre supimos tener la creatividad de unirnos a través de un programa. Eso fue La Falda, Huerta Grande y la CGT de los Argentinos y los 26 puntos de la CGT. Pero los ejes claros no eran reivindicaciones laborales, sino posiciones claras fijadas en la defensa de la industria nacional, en el estado controlando el comercio exterior, la función de la tierra y la propiedad. Porque el programa de la CGT de los Argentinos decía que la propiedad sólo debe existir en función social. Y hoy, este proyecto vuelve a darle todos los beneficios a los ricos, cuando parecieran ser los dueños del país. Pero no son los dueños, podrán ser propietarios de una tierra. Pero esa tierra tiene una producción que tiene que responder a la patria, al pueblo, al bienestar general. Eso es parte de nuestra historia y yo creo que en esta etapa lo que debemos reconstruir son esos ejes que nos unan. Sabemos que con algunos dirigentes sindicales esto es muy difícil, porque tienen una tendencia muy pragmática de decir `acá se puede negociar con cualquiera`. En otra época lo hacían con una dictadura y hoy hablan de gobernabilidad, cuando más allá de que este gobierno haya llegado con los votos, cuando empieza a gobernar en contra de las mayorías nacionales ¿qué gobernabilidad vamos a querer respetar?».
Luego Alejandro Fagiani aportó que: «Desde el movimiento obrero tenemos que definir que el modelo de acumulación no puede ser financiero sino productivo. ¿Hasta donde podemos soportar este avance? Creo que el poder de avance que tenga el neoliberalismo va a estar en relación inversa al poder de resistencia que tengamos. Ya al poder que tengamos de unirnos y dar respuesta. Yo creo que esto está comenzando. Ya se están marcando los límites. Se siente en la calle». Consultado por la reacción del gobierno a la movilización popular Fagiani expresó «Ellos actúan como el hijos del dueño que entra a la fábrica y toma medidas y no le importa si son legales o no, no escucha a los obreros. Niegan todo, pareciera que fuera un tema de loquitos y dicen no le hagas caso a los K y cualquier cosa, te tiran con Lázaro Báez».
Repecto al tema comunicacional y el apagón informativo existente, Claudio Marín planteó: «Siempre tuvimos esta cuestión de que hacemos una movilización y no salimos en ningún lado, de que tenemos un problema y ese problema no se difunde. Lo que pasa es que ahora se ve cualitativamente exacerbado. Entonces no hay otra forma que construir contra-cultura y contra-información». Por su parte Mariano Denegris expresó: «Es verdad que para nosotros comunicar es muy distinto que para los que tienen el poder de los fierros medíaticos de su lado. Para ellos realizar operaciones de prensa y con la novela de Lázaro Baez tapar lo que sucede, es algo con lo que no vamos a competir. Nuestra construcción debe ser distinta, porque no vamos a poder hacer una operación para sacar a Lázaro Baez de los medios. Ahora, con la unidad del otro día y la movilización del 29, logramos instalar un tema que pone incómodo al macrismo. Porque logramos que mientan y se sinceren. Mentir al decir que en un futuro habrá empleo porque llegarán las inversiones; y sincerarse porque su único proyecto es el derrame, eso que ya fracasó en los noventa. Lo sacamos del contexto de poder escuchar a Macri hablar de lo lindo que es el amor porque se juntó con un gobernador enamorado».
Ante el mensaje de un oyente planteando que «hay que echar a Macri» el debate giró en torno a un concepto muy escuchado actualmente en la política argentina: el «republicanismo». Para Héctor Amichetti «es ingenuo hablar de República y no de monopolios. En 2011 el gobierno tuvo que aplicar un cepo porque más allá de la voluntad popular existió una fuga enorme de capitales. La corporación judicial o mediática es antidemocrática. Es una ingenuidad que seamos respetuosos porque alguna vez se votó. Nosotros como trabajadores tenemos el derecho de rebelarnos cada vez que se avasallaron nuestros derechos». El bancario Alejandro Fagiani dio su opinión como militante: «Yo no doy la vida por el republicanismo. Tengo un concepto que la democracia es hacer lo que el pueblo quiere. La democracia tiene que garantizar la felicidad del pueblo, sino no es democracia». Claudio Marín agregó: «Si vos tomas el 19 y 20 de diciembre no es un mecanismo visto en la constitución pero resolvió una crisis importante. Estaba totalmente justificado y tuvo su efectividad histórica. El tema es que los medios han instalado que la democracia es hacer cada uno lo que da la gana. Y en realidad no es así, porque termina siendo las ganas de las minorías con poder. La democracia es someterse a la voluntad de las mayorias. Es una visión ideológica e interesada». Para Mariano Denegris: «Los que no tienen problema en cagarse en republicanismo son los que están gobernando, ya que no tienen problema en reprimir a los trabajadores, amenazando con vetos, apretando jueces. Hay una ilusión de republicanismo que es una gran mentira».
Finalmente los cuatro dirigentes acordaron que la unidad del movimiento obrero organizado debe darse en torno a un programa y en clara oposición al actual Gobierno Nacional que lleva adelante un modelo de endeudamiento y ajuste.
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