Saúl Pérez, veterano de la Guerra de Malvinas, conversó en Desde el Barrio acerca de sus experiencias en el conflicto y de las perspectivas actuales de la memoria sobre los hechos de 1982, así como de las deudas que en su visión la sociedad argentina tiene con los veteranos.
Tras puntualizar cómo debe transmitirse a las generaciones futuras la cuestión de Malvinas (ver audio), Pérez explicó su visión sobre la guerra: «Estábamos totalmente convencidos. No te lo digo por mí sino por mis compañeros y demás. De hecho está que entregaron su vida 649 en Malvinas. Y ninguno abandonó su puesto de combate. Murieron combatiendo, peleando, como debe ser, defendiendo nuestro territorio. Más allá de que haya sido conducida por manos asesinas, ensangrentadas de sangre de nuestros hermanos argentinos, porque quienes condujeron la Guerra de Malvinas en su gran mayoría eran asesinos que secuestraron, torturaron, desaparecieron a más de 30.000 argentinos.»
Después de explicar algunos aspectos de la vida cotidiana en el frente de batalla Pérez se extendió acerca de la posguerra y sus consecuencias: «Fue más dura la posguerra que la guerra en sí. Porque en la guerra sabíamos quién era el enemigo, de dónde venía, a qué hora llegaba si llegaba y con qué nos iba a disparar si nos disparaba. Cuando volvimos acá no sabíamos quién era el enemigo. Porque la verdad que la discriminación que sufrieron mis compañeros y que viví yo, con los temas laborales, con la reinserción de los soldados a la vida civil o a lo que era la sociedad, provocó una cadena de suicidios importante. Muchos de nuestros compañeros no tuvieron dónde atenderse, no tuvimos obra social. En como una enfermedad crónica. Al no haber sido contenidos en el primer momento si conseguías algún que otro beneficio, igual ya tenías la metástasis en el cuerpo, por lo vivido física y piscológicamente.»
Pérez se refirió a las cuentas pendientes que todavía existen con los veteranos, y luego se explayó sobre la contención todavía pendiente hacia las familias de los veteranos: «Quedan muchísimas más por hacer. Una de ellas es el recibimiento que el pueblo argentino le debe a los soldados que estuvieron en Malvinas. Ese recibimiento que nunca se les dió a los soldados. Nos trajeron de noche, a oscuras, y en colectivos con las ventanillas tapadas con diarios, para que no vieran quiénes iban viajando ahí.»
«También falta más visibilización de las ‘Madres de Malvinas’, que entregaron a sus hijos, la vida de sus hijos por la patria. El tratamiento y la contención hacia el veterano de guerra es permanete, hasta que el veterano de guerra fallezca. Hoy muchos veteranos de guerra siguen vivos principalmente gracias a sus esposas. La mujer que soporta sus cambios de temperamento, sus exaltaciones a la noche, su llanto, su silencio, sus momentos de alejarse y estar en soledad, etc. Todo eso, lo contienen y lo han contenido a lo largo de estos años las esposas de los veteranos de guerra, y eso es digno de remarcar y de valorar. Y por otro lado el veterano de guerra como todo padre, sufre cuando sus hijos no consiguen empleo. Entonces creo que también hace falta que, en base a la contención del veterano de guerra puedan los hijos de los veteranos entrar (no digo en este momento porque es imposible por un gobierno totalmente apátrida, cipayo) a la administración pública nacional porque eso también contiene al veterano de guerra, ya que es una preocupación más que tiene porque sus hijos no tienen trabajo.»
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