Matías Presentado Romero, vecino del partido de Merlo, fue retenido por la policía local durante un escrache efectuado contra la presencia del presidente Mauricio Macri en el distrito. Entrevistado por Abramos la Boca, Presentado Romero explicó las circunstancias de su detención.
«El escrache comenzó pacíficamente con cánticos y banderas. Entre la multitud de gente reconocimos gente que no era del barrio, y a varias madres que estaban gritando en contra de los cánticos de la militancia. Se acercaban y le decían cosas al oído a esas madres. Nosotros alentábamos al escrache pero no estábamos participando de lleno, estábamos cerca de las personas que estaban cantando, y escuchamos que una le da un puñetazo a otra. Se escuchó de vereda a vereda el impacto del puño contra la cara. A todo esto nadie sabe quién tiro los huevos, quién tiró piedras»
El manifestante retenido añadió: «Yo estuve buscando videos, con mis hermanos ya disponemos de hasta cinco o seis videos y en ninguno se puede identificar claramente de dónde salen los huevos y las piedras. Era un espacio en el que si nos han respetado durante doce años nosotros también lo tenemos que hacer. Pero el escrache se tenía que hacer, los cánticos y las banderas se tenían que presentar; la intención era que no pasara de eso».
Luego añadió que «cuando una madre le pegó a una chica (que no está claro por qué le pegó) yo intercedí para que no se sigan pegando. Se generó una discusión política, me endilgaron los huevazos, y me fui retirando hacia la vereda de mi casa». Entonces «se me acercaron cinco policías que me dijeron «¿Vos de dónde sos?». Respondí «Yo soy de acá» y cuando me quise acordar tenía encima cinco policías que se me tiraron encima. Forcejeé porque no me entraba en la cabeza la situación (yo en definitiva había intercedido para que una mujer no le pegara a la otra, intercambié ideas políticas, no insulté a nadie, no le falté el respeto a nadie) y me estaban llevando a la fuerza».
El atropello policial no cesó allí: «Pude zafar y cuando me doy cuenta se los estaban llevando a mis hermanos detrás mío. Ellos no habían llegado a hacer nada. La desesperación era total porque era violencia legal, violencia institucional. Pude saltar una valla y cuando llegué a donde tenían a mis hermanos ya dentro de los patrulleros los mismos policías de los que yo había zafado me estaban esperando, y fue peor todavía».
El vecino completó la narración: «Nos soltaron en tres horas porque no había pruebas para tenernos ahí. Cuando nos estaban soltando nos querían hacer firmar un documento según el cual nos habíamos resistido a la autoridad. Con mi hermano reconocimos que sí, que nos resistimos a la autoridad. Pero nosotros planteamos el hecho de que la autoridad para intentar retenernos tiene que tener una orden con un fundamento. ¿Cuál era el fundamento? Que tiramos huevos. Erróneo. Nos dijeron que comandábamos una organización revolucionaria. Era una locura lo que estábamos leyendo. Ante la confusión llevaron gente presa por la fuerza. Nosotros estamos convencido de que si vivimos en un Estado de derecho, al ciudadano se lo tiene que respetar. Nosotros fuimos en definitiva los famosos «perejiles» para completar planillas.»
MG / GF / RG