Franco Punturo, padre de la parroquia de Villa 20 de Lugano, fue entrevistado en Punto de Partida.
Tras cumplirse 10 años de la sanción de la Ley de Urbanización N° 1.770, en la Villa 20 de Lugano y un año del feroz desalojo de los vecinos del barrio Papa Franscico, se realizó una marcha repudiando lo sucedido y el incumplimiento de la ley.
Franco Punturo, quien participó de la marcha, comentó “desde la parroquia acompañamos ese dolor y vemos también como volvió a ser la realidad de muchas familias, en condiciones tan precarias, de hacinamiento, promiscuidad y con todo lo que eso trae como el abuso infantil, que también es un altísimo porcentaje en el barrio. Todo esto viene de la mano de como se vive y como es la vivienda”.
Por otro lado, el padre aclaró que la Ley de Urbanización es “empezar hacer viviendas para poder trasladar a las familia y tirar las otras casas para poder volver a construir y urbanizar para que sea un barrio, no una villa”. También mencionó otros servicios que se encuentran en mal estado, como por ejemplo, que hay muchos chicos que quedaron sin escolaridad este año, que el acceso a la salud era muy complicado.
En dialogo con Lucas Molinari, Punturo afirmó como sigue la situación después de cumplirse 10 años del incumplimiento de la ley, “es un territorio que se esta revalorizando, como paso con retiro, son tierras que año a año se van multiplicando el valor del territorio. Hay un proyecto de toda la zona sur de revalorización del terreno, con el saneamiento de la cuenca del Riachuelo. Hay muchos intereses económicos que hace que se defiendan de esa manera y que el Tierra, Techo y Trabajo queden en segundo plano”.
Por último, el padre explicó que había sucedido con el acuerdo que habían hecho donde hubo ofrecimiento y promesas “después de ahí fue el juego de la coma, punto, punto y coma, dos puntos en su momento se había dicho que se le iban a dar subsidios habitacionales que para cobrarlos eran odiseas y muchos desistían en el intento, porque era humillante, porque siempre faltaba una cosita o algo más para cobrar el subsidio”.
“Siempre es el pobre el que más pierde”, concluyó.
