Por Carlos Aira (*)
Los dos candidatos enfrentaban a la prensa con cara de Poker. Segura y Tinelli. En una elección tan esperada como disputada, el resultado fue un ilógico 38-38 con 75 votos válidos.
Uno se supo derrotado por partida doble. Ese fue Marcelo Tinelli. Vencido porque operó con la estructura del aparato del Grupo Clarín y el aval del Ejecutivo Nacional. Vencido porque vio en sus propias narices como por arte de magia los votos se multiplican. Justo al lado del empresario televisivo, Luis Segura. Presidente en funciones que usó la estructura de la asociación para torcer voluntades y llegar a este empate con gusto hazaña.
La pregunta, por zonza resultó interesante. El periodista le pidió un título a ambos candidatos. La respuesta de Segura, de antología: Empate. Marcelo Tinelli se mordió el labio. No dijo lo que pensaba. Asumió la derrota: mañana vamos a juntarnos y resolver la situación.
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Este 2015 que parece no terminar más nos deja con una última elección. También para el asombro. ¿Que sucederá con la Asociación del Fútbol Argentino?. Las cartas están sobre la mesa. El mapa político ha cambiado. Lo sabemos todos. También el tablero mundial. La garganta profunda de Alejandro Burzaco ha desgraciado a la plana mayor de la CSF. Con Julio Grondona muerto desde el 31 de julio de 2014, las investigaciones de corrupción recaen en dos fieles laderos: Eduardo Deluca y José Luis Meiszner. ¿Luis Segura está seguro? Si, por ahora. Lo suyo fue el chiquitaje de entradas. Caja menor.
Pero Luis Segura tiene sus espadas. Hugo Moyano y Daniel Angelici han fortalecido su candidatura con una condición imprescindible: manejan la caja de AFA. En este rubro podemos sumar al empresario hotelero Víctor Blanco, presidente de Racing Club.
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¿Pero que se discute en AFA? Algo tan simple como complejo: el poder autárquico de la Asociación. Su autonomía real. Julio Grondona construyó desde 1979 un poder inmune a la Dictadura Cívico Militar, la Coordinadora Radical, los buitres menemistas, la Alianza y le permitió a Néstor Kirchner pegarle la más sonora cachetada al Grupo Clarín.
Hoy el punto es Fernando Marín. Publicista de la Dictadura. Los Argentinos Somos Derechos y Humanos. Socio histórico de Mauricio Macri. Gerenciador de Blanquiceleste SA. La Argentina camina hacia un gobierno de gerentes. Supeditar el fútbol hacia el mercado será un camino inevitable. Más si se encuentra el paso allanado desde AFA. Un dato que refuerza este punto: el escribano Gustavo Arribas, hombre ligado a Boca Juniors a través de fideicomisos y pases de jugadores, estará a cargo de la AFI (Ex-Side). La ingeniera macrista puesta en funcionamiento.
La caja que manejará Marín será millonaria. Cambio de paradigmas. Muerto Grondona, la privatización del fútbol será motivo de debate. Así lo requiere la matriz de negocios. Futbol para Pocos: el reparto de los millones será tan injusto y desigual como lo fue en épocas de TyC-Clarín. Ya lo dijo el empresario Mario Pergolini, atraído por los millones del fútbol neo-privatizado: «¿Lo estás poniendo a las leyes del mercado? Sí ¿Vamos a hacer mierda el fútbol? No sé, yo me preocupo por Boca. Me parece que el que más gente lleva, el que más pauta convoca, evidemente debe llevarse una participación. También debería correr para River». A confesión de partes, relevo de pruebas…
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Empate. 38 a 38. La rosca en AFA será gigantesca. Lo que se viene es el gobierno de las coorporaciones. Tanto Luis Segura como Marcelo Tinelli lo saben. Gane quien gane, la democracia no llegó al fútbol por la simple razón que los hinchas tan sólo pueden votar en forma de representantes que no lo representan.
Mauricio Macri ya pidió que Armando Pérez sea la prenda de unidad en nuestro fútbol. Empresario. Presidente de Belgrano de Córdoba. Llevó adelante el único gerenciamiento exitoso de nuestro fútbol. ¿Será su momento? La cachetada aleccionadora a Marcelo Tinelli y la victoria pírrica de Luis Segura tal vez así lo indiquen.
(*) Periodista de Radio Gráfica, La Señal Medios y Xenen Web