Las familias del conventillo de Suárez 107 logran suspender momentáneamente el desalojo que estaba previsto para hoy, gracias a la movilización de vecinos y organizaciones sociales, y a la participación de legisladores de la ciudad, que se hicieron presentes frente a la vivienda para pedirle al dueño del inmueble tiempo hasta que el Gobierno de la Ciudad otorgue los créditos del IVC y puedan adquirir la vivienda propia. En conversaciones con Radio Gráfica, la abogada de las familias, Flavia Amoroso, afirmó que el desalojo “se suspendió a último momento» y agregó “fue algo que no lo pudimos prever con anticipación, por eso estamos acá con vecinos y legisladores”.
El conventillo de Suárez 107 está con juicio de desalojo desde el año 2011. Desde entonces las 8 familias vienen negociando con el dueño – célebre propietario de varios conventillos – Claudio Cocuzza, para negociar la compra del inmueble. Ante la negativa de venderlo, propuso alquilarles las habitaciones a un valor de “3000 pesos por una pieza compartida, con un baño que está en condiciones insalubres”, según relata la abogada.
Sin embargo éste gesto de dialogo parecería ser una forma más que tiene Cocuzza de coaccionar sobre las familias a las que quiere desalojar, ya que según cuenta la letrada el modus operandi ya es conocido entre los vecinos del barrio: “el modo de proceder es bastante repetida, inicia el juicio y una vez que están en ésta situación de inminencia de desalojo les propone hacer un contrato, que en realidad es la imposición de un contrato ya que son clausulas abusivas” y “no se hace cargo de los arreglos ni de las condiciones mínimas de habitabilidad”. Y apunta «hay otros casos en los cuales desaloja directamente; o los desaloja hoy o los desaloja a largo plazo» ya que «llega un momento en donde no pueden pagar» lo que pide por el alquiler de una habitación.
Claudio Cocuzza, no solo es el dueño de Suárez 107, es también el propietario del conventillo de Olavarria 252, incendiado el pasado domingo por la madrugada, donde treinta familias también se quedaron sin su techo. Así mismo, es poseedor de una gran cantidad de conventillos de La Boca que fueron adquiridos legalmente pero utilizando todos los artificios legales que le permite poner su derecho de propiedad por sobre el destino de centenares de familias del barrio.
Si bien el proceso de desalojo está en marcha queda que el oficial de justicia designe una nueva fecha de ejecución y la informe en el expediente judicial, sin embargo, como señala Flavia Amoroso “la idea es que necesitamos encontrar una alternativa, por que la gente no pretende quedarse acá viviendo gratis, sino que están luchando por tener una vivienda, un techo, que es lo que estamos buscando que se visibilice”.
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