En la tarde de hoy, Héctor Cáceres, delegado de la línea 60 dio detalles a Radio Gráfica FM 89.3, sobre el acuerdo rubricado en el Ministerio de Trabajo. Según el mismo, de los 53 despedidos, 50 quedarán reintegrados. Sólo tres casos en suspenso y debate próximamente, ya que están judicializados. A su vez respecto de los salarios caídos la empresa pagará 11 mil pesos en dos partes, el 7 y 13 de agosto. “El resto se sigue negociando, los 5 días de junio y los de agosto”, explicó Cáceres. Todo esto sobre la base de la afirmación que el conflicto se trató de un lock out patronal y no de un paro.
Hasta aquí podemos hablar de un “empate”. Pero hoy Mario Molina, otro de los delegados en Punto de Partida habló de un “empate victorioso”. Y aquí va la explicación. Por este acuerdo el cuerpo de delegados obtiene doce días de permiso gremial para cada uno de los once integrantes, cuando el convenio colectivo plantea cuatro. A la vez el Ministerio de Trabajo reconoce a la comisión interna como un interlocutor necesario. Como pasó con los Metrodelegados del subte antes de la construcción del sindicato propio. Sin embargo Héctor Cáceres confirma “siempre estando dentro de la UTA”. De allí que podemos afirmar que la idea de “armar otro sindicato” o la reivindicación de “sindicato por empresa” fue más bien un agite que pudo partir desde la UTA o desde la patronal, no de los delegados de la 60.
¿Cómo se sigue?
“A partir del 11 de agosto vamos a hacer las reuniones de conciliación con la presencia de Tomada”, explica Cáceres. No es un dato menor. El actual ministro de trabajo recién en el día 35 de conflicto apareció. Que se comprometa a ser parte de la reunión entre cuerpo de delegados y la patronal es una señal de buena voluntad. Sin embargo, teniendo en cuenta que DOTA en estos cinco años incumplió sistemáticamente lo firmado en la cartera laboral, es muy posible que en el futuro haya conflictos.
¿Justicia?
La jueza federal María Romilda Servini de Cubría fue escrachada por los trabajadores de la 60 en la mañana de hoy porque “no nos querían dejar ver el expediente” según el cual incriminaba a quienes habían manejado las unidades durante el conflicto realizando el no cobro de boleto, explicó Cáceres. Por ahora lograron los delegados “una carta de que no estamos imputados”. Sin embargo realizaron una presentación responsabilizando a la jueza por haber “garantizado el lock out” al impedir que salgan los colectivos desde la cabecera Constitución. Fue así como un cerco policial rodeó e impidió por varios días los trabajadores que estaban realizando la “retención de tareas” puedan acceder a alimentos, agua y ropa. La jueza federal, según denuncia la comisión interna, garantizó el lock out patronal “coaccionando nuestro derecho a huelga que era el no cobro de boleto, impidiendo que saquemos los colectivos”.
No cobro de Boleto – alianza entre choferes y usuarios
En el marco del cierre de un conflicto de 40 días y por la repercusión que finalmente logró, podemos afirmar que la metodología hizo mella. No sólo la fortaleza en la organización de base sino también la inteligencia de la comisión interna en cómo conducir la pelea. La defensa irrestricta del convenio colectivo de trabajo, la fuerza de una línea insigne como bandera. Y el «no cobro de boleto» como metodología, que como han alertado las cámaras patronales, de expandirse podría multiplicar los conflictos.
El riesgo para empresas, que son parasitarias ya que ganan con los subsidios del Estado e invierte poco, es la alianza entre choferes y usuarios. Esa es la clave de lo que el conflicto en la línea 60 puede provocar hacia delante. Porque la pelea por la jornada de 6 horas que corresponde por trabajo insalubre, entre otras reivindicaciones, está latente. Más en el marco de un proceso político donde los trabajadores han conquistado una gran cantidad de derechos que en los `90 le esaban vedados.
LM/GF/RG