El debate es profundo. El gobierno nacional ante la problemática continental de las semillas transgénicas y la multinacional Monsanto. Ante la inminencia de un Decreto de Necesidad y Urgencia, Lucas Molinari entrevistó en Punto de Partida a Enrique Martínez, Ex Director del INTI y actual Coordinador del Instituto para la Producción Popular.
Martínez brindó un panorama sobre la situación: «Es un tema que se viene discutiendo en muchos países motorizado por las multinacionales semilleras. Acá se intentó motorizar una ley que no tuvo consenso y quedó dando vueltas. El tiempo pasó y ahora se aprobaría un DNU. Pasa que las compañías semilleras han ganado predicamento en las cadenas de valor apropiándose con los beneficios de las innovaciones. Por ejemplo, el último maíz desarrollado y medido por Monsanto muestra que la empresa se quedó con una ganancia total del 40%, las compañías semilleras con el 30% y el resto fue a los chacareros, que a esta altura son engranajes de los que desarrollan la semilla»
Sobre el posible DNU, Martínez afirmó: «Se busca consolidar con este decreto que los granos con los cuales se cosechan se puedan a volver a sembrar con efectos para el trigo y la soja, no así para el maíz o girasol que usan variantes híbridas. La ley apunta a lo que se puede guardar y volver a sembrar. En definitiva, usaría la misma lógica que la Ley de Medicamentos. En Argentina se patentan variedades vegetales que tuvieron sensata oposición en sectores agrícolas. Se han discutido los avances a las compañías semilleras que se consolidarían con este decreto en el control del negocio. No entiendo porque se quiere llevar adelante esta política».
Martínez fustigó con dureza un posible decreto sobre el valor intelectual de la semilla: «Esta medida tiende a consolidar lo que ganan las empresas. El modelo de siembra impuesto es el Monsanto que carga sobre la semilla el valor adicional de la investigación. Pero lo que hay que analizar no es lo cualitativo si no lo cuantitativo, ya que nadie puede adivinar cuanto puede cargarse en la cuenta del semillero. Imaginemos el resultado final…»
Quien fuera Director del Instituto Nacional de Teconología Industrial, declaró «no comprender» porque el gobierno nacional llevaría adelante una medida así y recordó lo sucedido en Colombia: «Allí Monsanto tuvo su primer éxito. Se generó una huelga salvaje del campesinado, con muertos y cortes de ruta. Con esos antecedentes se hace muy dificil que sea bien recibido a pesar que se introducen excepciones a la economía de agricultura familiar. Este es un país que está dependiendo de semilleros y molineros. Los chacareros pasan a depender de Monstanto y eso es perverso, porque en conjunto todos atacan al estado, cuando en verdad, si se quisiera controlarlos deberíamos afectar los intereses concentrados»
Recordemos que el conflicto surgió por la cláusula que impulsó Monsanto en los contratos de compraventa de granos, para que se analice si la soja que venden los productores tienen su nueva tecnología intacta reclamando así pago regalías.
CA/GF/RG