marzo 22, 2025

Pepe Monje: “Para ponerte el traje te tenés que desnudar y mucho”

Pepe Monje: “Para ponerte el traje te tenés que desnudar y mucho”

pepe portadaLas luces están encendidas, pero el escenario es completamente diferente. No hay cámaras, ni público expectante. No hay maquillaje, ni camarín. Aún así, el actor Pepe Monje está preparado para la acción. Sabe que, tan pronto como suene la chicharra, deberá calzarse el chaquetón y subirse al camión de bomberos para resolver los problemas de otros a cambio de ningún reconocimiento. Distanciado momentáneamente de la actuación, piensa en un proyecto que le permita “contar desde la ficción” el mundo que lo cautivó desde pequeño.

Según tengo entendido vos desde chico ya querías ser bombero ¿No es así?

En realidad la anécdota fue siempre la misma. Cuando me preguntaban ‘¿cómo empezaste a ser actor?’ yo contestaba que a los 5 años quería ser bombero y a los 6 actor. Pero hace un año cambió la leyenda. Dejo de ser algo que decía para afirmar lo de la actuación y quedó el cuartel de bomberos.

¿Qué fue lo que te llevó a dar el paso de querer ser bombero?

Me parece que fue la situación política del país y el momento que yo estaba transitando. Supongo que a los veinte y pico tenía otras cosas en la cabeza. Ahora a los 40, con hijos un poco más grandes y con otro contexto social, es diferente. Además, como siempre estoy diciendo que hay que poner el cuerpo, creo que no podía hacerme el distraído frente a la posibilidad que se me dio de hacer la capacitación y comprometerme con el cuartel. Me parece que el destino me lo puso todo el tiempo y acá estoy. Obviamente, en paralelo, sigue la idea de contar desde ficción lo que estoy incursionando desde hace un tiempo, que es el mundo del bombero. Si llegara a salir sería la primera vez que haría un personaje en el cual soy yo.

Comentaste que no podías desperdiciar la posibilidad que se te había presentado de realizar la capacitación, pero ¿cómo fue que surgió?

Como ya venía trabajando con el cuartel, existía la posibilidad de hacer la capacitación, recibirme y jurar como bombero. Esto podía impulsar y ayudar a la institución desde lo público. Hay mucho desconocimiento. Todavía la gente no sabe diferenciar cual es el bombero de la policía federal y cual es el voluntario. No entienden qué significa. Siempre me preguntan si deje la actuación y tengo que explicar que no, que ser voluntario es lo que dice la palabra, un voluntariado. Todos trabajamos en otra cosa. Simplemente cumplimos un servicio, que son de 20 horas. Después cada uno hace diferentes cosas. Tenemos compañeros que son chefs, taxistas, colectiveros. Hay distintas ramas y a mi me tocó ser actor. Y sabíamos que mi ayuda iba a ser desde ese lado. Así que hice la capacitación durante casi un año y acá estoy. Es el día de hoy que suena la chicharra y, si estoy en primera, subo.

¿Qué sentís en el momento que suena la chicharra?

No pensas absolutamente nada, lo que acciona es el cuerpo. No funciona lo intelectual, solamente estás ocupado en ponerte lo más rápido posible tu equipo y huir hacia la unidad porque en una emergencia cuanto antes la cortes mejor. Esa es la idea del bombero. No se te vienen a la mente  tus hijos, ni el conflicto que tenías. Es como si la chicharra se incorporara a vos y te marcara el ritmo en el cual tenes que subir. El cuerpo me manda para adelante, así que me quedo tranquilo de que estoy en el lugar indicado. Me pasa también previamente antes de salir a escena en un teatro. Siento lo mismo. Quizás en lo intelectual, en la tranquilidad de la reflexión aparecen miedos, aparecen dudas, que cuando suena la chicharra o te dicen ‘a escena’ se te van.

Es como una correlación…

En realidad es una reafirmación de que estoy en el lugar indicado. El cuerpo está cómodo y, si el cuerpo está cómodo, yo voy con él. Pero, si me dice que me desplace, también lo hago. Incluso lo hice en espacios o trabajos donde pude llegar a tener una continuidad e, incluso, hasta económicamente redituable. Siempre le hago caso. Así como me dice ‘entrá’, me dice ‘salí’. Lo escucho de las dos formas. Emocionalmente también me pasa lo mismo. Es raro, pero es así

Vos te iniciaste tempranamente en la actuación ¿Se puede decir que te ayudo a la hora de escuchar tu cuerpo?

El cuerpo habla, el cuerpo manda. Vas pasando por distintas etapas en la actuación. Primero están los que te dicen ‘tiraté a la pileta y no pienses’ o ‘accioná’. Sí, obviamente, me parece que uno elige distintos lugares y vocaciones, que son como una forma de expresión. Pero, nunca es suficiente. A mi lo que me pasó es que la actuación no me resultó completamente totalitaria como para decir estoy tranquilo y puedo manifestar lo que siento sin tener la necesidad de buscar otro espacio para poner el cuerpo. Tal vez tener otro lugar le resta importancia a la actuación. Ahora, todo tiene como otro valor. No sé qué va a nutrir, si el bombero al actor o el actor al bombero y, en consecuencia, a la persona. También, hay mucha diferencia en lo que sentimos a lo que realmente expresamos. Muchas veces me ocurrió que lo que yo mostraba y decía llegaba diferente a lo que quería transmitir. Entonces me di cuenta que quizás no estaba en lo corporal sino en la palabra, como comunicador. Y empecé a estudiar latín, porque si en la palabra es donde esta todo…. Pero tampoco es ahí. Están los silencios, que son los que le dan el valor. Es una búsqueda constante, que te vuelve a desestructurar todo. Es una gran duda. No sé qué es lo que es el cuerpo, la palabra, el silencio. Me parece que es la acción y que lo único real, tanto en la ficción como en la vida, es el tiempo, el tiempo que no vuelve.

¿Qué valor tiene para vos formar parte de los bomberos voluntarios?

Alinearme a un objetivo que no es el mío personal. Acá no hay un escenario. Es uno el que tiene que observar al otro. Dejas de ser protagonista, para ser parte de una situación en el cual el objetivo no es el aplauso, ni el reconocimiento. Es más, no hay reconocimiento. Está el otro, se trabaja en equipo. No hay improvisación, sino capacitación. Y el error se paga muy caro. Te pone en jaque todo el tiempo con tus capacidades. Te marca cuales son los limites que tenes que romper y superar. En la actuación tuviste un mal ensayo y al otro día lo recuperas. Acá no podes tener un mal ensayo. No se frena para comer como se hace en la televisión. Tampoco se hace un plano más corto para poder resolver algo que no pudiste decir con el cuerpo o con la palabra. Es un mundo completamente diferente, que no deja de ser poético.

Anteriormente mencionaste que había la posibilidad de realizar una representación en base del bombero ¿Se puede decir que es todo un desafío considerando que estarías haciendo de vos mismo?

Creo que si, que es un desafío. Hace varios años, cuando entré al cuartel, tenía una visión que hoy, siendo parte, es completamente diferente. El espíritu es el mismo, pero lo que hay que contar es otra cosa. Antes hablaba de otro y ahora voy a hablar de mí. El cuartel es un espacio en el cual nadie pregunta por qué estás, pero si todos sabemos porque estamos. Pienso que conocemos la emergencia. Tal vez no podemos solucionar la propia, pero por lo menos la reconocemos y resolvemos otra. Me parece que eso es muy noble. Se aprende mucho en este espacio. Aparecen las miserias de uno, las inseguridades, los miedos. Es un lugar en el cual no te podes esconder en un camarín, es todo abierto. Sos vos todo el tiempo. Entonces te obliga a verte y a modificarte. A veces me veo en situaciones que en otros espacios hubiera estado más protegido. En cambio, acá,  para ponerte el traje te tenes que desnudar y mucho. Todavía tengo muchos vicios de espacios donde soy muy mimado y con eso choco todo el tiempo.

Se puede decir que sos uno más…

Obvio y no soy solamente uno más, soy el último en la fila, porque fui el último de mi camada que entré. Si ves la lista de bomberos el que está al final es Monje. Si en una ronda llegaran a decir ‘anda hacer el mate’, el que termina haciéndolo soy yo. Pero me voy ganado mi espacio, me voy haciendo respetar. Ahora, se están preparando los nuevos, que van a asumir el año que viene y ya tendré otro lugar.

Entonces dejaste de ser Pepe para ser de nuevo José María Monje

Es que es así, acá soy José María. Es más, mi chaquetón dice José María, no dice Pepe.

* por Eliana CabezasAbramos la Boca / Radio Gráfica

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