Estamos en un año complejo. El estancamiento de los niveles de inversión y actividad industrial, la escasez de dólares y la fuga de capitales, pone en jaque el crecimiento económico con inclusión social que el gobierno ha desarrollado desde el 2003. Esta situación se debe, principalmente, al contexto de crisis internacional que se vive desde el 2008 y que se origina en el centro económico mundial. ¿Cuál es el rol del Estado? ¿Y el empresariado?
Vamos a centrarnos en la inversión -considerada como dinero y maquinarias-. Tomando como eje la crisis enunciada, desde el 2008 se vive una situación de estancamiento en el nivel de inversión al crecer, en promedio, un 5,4% anual la cantidad invertida. El Estado ha sido el principal propulsor de tal cuantía al aumentar el stock de inversión en un 9,3% anual mientras que el empresariado colaboró con un 4,6% *.
¿Por qué el empresariado ha invertido menos?
Uno de los principales reclamos del Estado consiste en pedir que parte –cuanto mayor, mejor- de las ganancias obtenidas por los distintos grupos empresarios, en sus distintas actividades, las vuelquen al proceso productivo en calidad de reinversión.
Al no ocurrir tal cuestión, la pregunta que surge es: ¿acaso el empresariado no gana lo suficiente? ¿Les ha ido mal?
Veamos. Las 500 firmas empresariales más grandes han obtenido, en el período 2003-07, un promedio de U$S 13.868 millones anuales en concepto de ganancias. En el período comprendido entre 2008-11, el promedio ha sido de U$S 23.461 millones anuales, es decir, en este período obtuvieron un 70% adicional de ganancias. ¿Por qué ese incremento de ganancias no se tradujo, en la misma proporción, en una mayor inversión?
Hace algunas semanas, se reunieron en torno al Foro de Convergencia Empresarial una serie de firmas y cámaras empresariales donde tocaron este punto de la inversión justamente. ¿Cuáles fueron los argumentos? Que el país no tiene seguridad jurídica ni previsibilidad para que ellos –empresariado- puedan desarrollar sus actividades económicas.
¿A qué hacen referencia con “seguridad jurídica” y “previsibilidad”? Que se les permita realizar con sus ganancias lo que les plazca, sin importar las necesidades de la sociedad. Esta práctica se traduce en fugar capitales sin la menor discusión.
Por otro lado, piden que la presión tributaria sea menor. Es decir, quieren pagar la menor cantidad de impuestos, y de ser posible, no pagar absolutamente nada. De esto algo saben dado que el nivel de evasión y elusión fiscal es considerablemente alto.
Dicho vulgarmente: la quieren toda para ellos.
El foro no cuestiona la concentración de los “mercados”. A saber, en el año 2012, 200 empresas representaban el 64% de las exportaciones que el país realizaba y, el 42,8% de las mismas eran de capital extranjero.
¿Cuestionan esta situación de concentración? No. ¿Reclaman una reducción de la injerencia del capital extranjero en nuestra economía? No. No les importa. Quieren potenciar su rol de grandes acumuladores de capital sin importar más nada.
¿Y el Estado? Ha promovido líneas de créditos productivos con tasas diferenciales con el fin de mantener y acrecentar el nivel de actividad económica. Vale decir que no todos los empresarios son iguales, pero alguno de ellos no han utilizado el crédito para invertir, sino para comprar dólares y especular. Insólito.
Se ha modificado la estructura del mercado de capitales para que parte de las utilidades vuelvan al proceso productivo como inversión. Aún así, falta una reforma de entidades financieras y resolver la matriz industrial dado que mucho de lo que se produce es para mercado interno por lo que, al no exportar, no se obtienen los dólares suficientes para los bienes intermedios y de capital que se necesitan importar generando la famosa “restricción externa” y dependiendo, en gran parte, de los dólares que genere el sector agrario, liberal y concentrado por excelencia.
¿Qué sucedió cuando el Estado hizo las veces de empresario? La gestión estatal en Correo Argentino, Aerolíneas Argentinas, YPF, AySA y AFJP, ha demostrado que es posible obtener buenos resultados económicos y beneficio social. En pocas palabras, la gestión estatal ha sido superior a la gestión privada.
Sin embargo, este rol del Estado como empresario, es largamente cuestionado por el empresariado. ¿Razones? Son negocios que no pueden explotar más y empresas que no podrán vaciar.
En este contexto, es necesario que parte del empresariado se alíe con el Estado a fin de continuar en la senda del crecimiento con inclusión social. ¿Estarán disponibles a aceptar un lineamiento estatal? La historia reciente indica que no. Los intereses son opuestos. El Estado tiene intenciones de beneficiar a sectores populares a partir de la generación de empleo y distribución del ingreso, el empresariado no quiere ceder ni un milímetro de su lugar de privilegio. ¿Cómo se resolverá esta disputa?
* http://www.centrocifra.org.ar/docs/IC%20Nro%2014.pdf
Juan José Rodríguez -Columnista Económico de Abramos la Boca / Radio Gráfica