En el marco del incendio del conventillo ubicado en la calle Iberlucea 1249 en el barrio de La Boca, la Asesoría Tutelar General dio a conocer un informe que da cuenta del problema habitacional que sufre la Ciudad y, en particular, la Comuna 4. Del total de las consultas recibidas, el 28% se refieren a cuestiones de vivienda y, de ese total, casi el 70% exponen puntualmente la situación de los conventillos privados.
Andrea Ventura, coordinadora de la Oficina de Atención Descentralizada Boca – Barracas de la Asesoría General Tutelar, fue entrevistada en Desde el Barrio. En relación a la conclusión del informe, explicó que «del 70% de consultas referidas a los conventillos, todas las familias que allí habitan tienen graves problemas edilicios estructurales como escaleras, patios y mampostería deteriorados que terminan en accidentes domésticos. Entonces, en una habitación donde tienen que vivir dos personas y viven ocho con instalaciones muy precarias, madera, chapas. Hay conventillos que llegaron a sobrevivir tres incendios».
La coordinadora de la Oficina de Atención Descentralizada explicó que «Los llamamos conventillos privados porque no son del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC). El barrio de La Boca es histórico por tener conventillos que son propiedad del Estado de la Ciudad con gente viviendo adentro. Estos conventillos son de personas que han fallecido o que están en disputa sucesoria o que no hay un sucesor claro. Entonces hay algunas personas que lo arriendan de manera ilegal sin hacerle mantenimiento a los edificios que, recordemos, son estructuras del siglo pasado, con cables de tela y personas viviendo en hacinamiento. Lo peor es que hay un abuso con respecto a la población más vulnerable. Es gente que está fuera del mercado formal de la vivienda y tiene que acceder a este tipo de lugares».
Agregó que «también, a veces pasa que a falta de dueño visible, los lugares son ocupados por gente que lo alquila de manera ilegal y que presionan y abusan mucho de los derechos del inquilino. Esto quiere decir que los alquileres son altos, una habitación en La Boca hoy se está pagando $2000, el deterioro edilicio es alto y cuando las familias se atrasan o no pueden seguir pagando, les cortan la luz, el agua, les cierran el baño y no les dan la llave del baño común o les cierran la habitación con todas sus pertenencias adentro. Esto claramente es un delito».
Finalmente concluyó que «hay una crisis habitacional en la ciudad por falta de políticas públicas en viviendas sociales. Esta gente que está constantemente en emergencia o en situación de calle obtiene como respuesta un subsidio que implica que esas personas que no están aptas para el alquiler tengan que ir al mercado inmobiliario formal. La Boca tiene un gran número de locales y galerías que están habitados como vivienda y no están preparados para eso. Según el censo del 2011 hay más de 65 mil personas viviendo en el inquilinato, un 11% mas que en el 2001, o sea que este problema va creciendo. Esto es producto de una deficiente política habitacional».
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