A más de doce horas de producido el incendio del conventillo que engalana Caminito, las familias han decidido permanecer acampando en la puerta del inmueble de la calle Iberlucea, en el mítico barrio de La Boca.
Más de 80 personas, entre menores y adultos, se encuentran acampando sobre Iberlucea, a metros del conocido paseo turístico. Convencidos de que el paliativo que les ofrece el gobierno de la Ciudad no resuelve en lo inmediato la necesidad urgente de un techo digno, las familias optaron por mantenerse acampando hasta que se arribe a una solución que contemple el reingreso de las familias al conventillo.
Entrada la tarde, Ramón Lanus, director general de asistencia inmediata del GCBA, convocó a los vecinos a una breve reunión para informarles que la asistencia que la Ciudad estaría dispuesta a darle: 7200 pesos en mano y 6 cuotas de 1800 pesos y los paradores. Consultado por las posibilidades de que el Estado porteño pueda aportar baños químicos y carpas para que las familias no queden en la intemperie, el funcionario agregó que “nosotros como gobierno no vamos a convalidar que se viva en la calle, no vamos a favorecer el acampe” y subrayó que “traerles carpas y un baño químico es favorecer el acampe”.
Así mismo fuentes del gobierno porteño señalaron que el conventillo no estaría en condiciones de ser re-habitado; argumentaron que el mismo “corre riesgo de derrumbe”. Por contradictorio que parezca, otras fuentes oficiales, en off the record, aseguraron que el inmueble “esta destruido en no más del 50 por ciento”, ya que las habitaciones que dan al frente del conventillo no fueron alcanzadas por el fuego. Esta versión también es avalada por los vecinos que pudieron ingresar al inmueble a retirar algunos objetos personales.
Para las familias el mensaje que da el gobierno de la Ciudad es claro, como afirma Fabián, uno de los damnificados por el incendio: “se quieren quedar con el terreno porque esto es negocio para más de uno”.
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