En estos días se hizo público que la Justicia Porteña levantó la cautelar que frenaba el aumento del boleto del subte. Roberto Pianelli, secretario general de la Asociación Gremial de Trabajadores de Subterráneo y Premetro, se expresó al respecto en Punto de Partida.
Defendiendo la iniciativa de aumentar la tarifa de dicho transporte, el titular de SBASE (Subterráneo de Buenos Aires Sociedad del Estado) Juan Pablo Piccardo dijo que el 70% de los que viajan en subte toman un café por día y pueden pagar el boleto a $3.50. Ante esta afirmación, el dirigente gremial ironizó: «también van al baño una vez al día y muchos también fuman».
En la misma línea, dejó en claro la determinación de los metrodelegados al respecto: «Nosotros ya tenemos posición y la hemos expresado hace dos años intentando frenar el aumento de ese momento».
«Queremos un subterráneo eficiente, rápido, seguro y accesible, no un subterráneo para pocos», aseveró Pianelli.
Sobre las distintas interpretaciones que se hacen sobre el transporte público, Beto recordó que «el subte, al igual que el ferrocarril, es un servicio. Nosotros venimos de un paradigma moldeado en la década del 90. El mismo indica que si las empresas no dan ganancias, no sirven. Sin embargo, en todo el mundo las empresas que dan servicios no dan ganancias».
Tras quedar plasmada la intención de aumentar el precio del boleto, el Gobierno Porteño planteó que habría una tarifa social para las personas con menos posibilidades económicas. «Lo que plantean es que para acceder a la tarifa social tenes que vivir abajo de la tierra y comer raíces», disparó Pianelli. A su vez, señaló que en esta diferenciación «no están incluidos los docentes ni los estudiantes» que utilizan todos los días esa vía de transporte.
El fin de semana pasado los trabajadores de la línea A realizaron un paro en reclamo a que Metrovías les exigía manejar a velocidades peligrosas para aumentar la frecuencia del servicio. Tras la medida de fuerza, el presidente de SBASE denunció que los maquinistas de de esa línea trabajan cuatro horas y media al día. Pianelli le respondió: «trabajan seis horas todos los compañeros y tienen su correspondiente descanso».
«Estamos hablando de un transporte público, el conductor tiene que tener atención», concluyó.
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