Herman Schiller, periodista, conductor del programa radial Leña al Fuego, recientmente levantado de la programación de Radio de la Ciudad, habló en La Señal.
En diálogo con Gabriel Fernandez, abordó diversos temas de la actualidad política argentina.
La conversación arrancó repasando su larga estadía en el aire de Radio de la Ciudad con el ya legendario programa Leña al Fuego: “Estuve ahí en medio de muchas turbulencias, porque no había semana que no hubiera turbulencias, casi 13 años, desde 1999. Pasé de todo, gobiernos progresistas, de derecha, ellos pasaban y yo me quedaba. Tuve muchos problemas, porque estando dentro del sistema, este era un programa que se acercaba mucho a lo que podemos decir izquierda… ¿Y por qué quedaba yo? Porque uno se esmeraba para que fuera el programa de mayor audiencia de esa radio…»
Schiller añadió que «casi a fines del año pasado se supo que el señor Mauricio “bicisenda” va a ser candidato a presidente, y el macrismo se preguntó a si mismo, si el gobierno nacional tiene su multimedio, la oposición tiene sus medios poderosos, nosotros no tenemos nada; yo creo que si llega a ser candidato va a tener muchos medios a su disposición, pero ellos quieren tener su propio multimedio. El multimedio lo están haciendo con la Radio de la Ciudad, el canal de TV de la ciudad y una página de Internet.”
Recientemente Schiller protagonizó un episodio que, para su sorpresa, tuvo repercusión internacional, cuando rehusó recibir un premio a la libertad de expresión, otorgado por el diario Perfil, por tener que compartirlo con un periodista ecuatoriano alineado con la derecha de su país. “El diario Perfil en realidad quería apuntar al gobierno de Ecuador al que considera de izquierda o de ultra izquierda, entonces ideó ese premio a la libertad de expresión, y me llamó para avisarme que me lo iban a entregar junto con Julián Assange, un transgresor australiano que está refugiado en este momento en la embajada ecuatoriana en Gran Bretaña…»
«A los pocos días –prosiguió Schiller en el aire de la Gráfica– me vengo a enterar, después de muchas vueltas, que el otro premiado no era Assange, sino un hombre de la derecha ecuatoriana, que está jaqueando al gobierno de Rafael Correa. Espontáneamente rechacé, dije que no tenía nada que ver con eso. Lo que no me esperaba fue la resonancia que tuvo; la repercusión fue tan grande que vinieron medios de Ecuador especialmente, y el propio Correa se hizo eco del tema. En la televisión ecuatoriana dije que de todos modos esto no significa que yo sea un incondicional de Correa. Yo rechacé estar con un tipo de derecha, pero voy a estar con Correa cuando haga una revolución socialista, cuando los indígenas protesten y no sean reprimidos, y que no haya presos políticos.”
Hombre de izquierda, Schiller definió su percepción política de los gobiernos kirchneristas: “Soy crítico del gobierno kirchnerista, no con el lenguaje salvaje de cierta ultra izquierda, pero soy crítico. Sobre todo en materia de DDHH; se acaba de conocer el informe de la CORREPI, que es un organismo importante por el trabajo serio que hacen al documentar la represión desde que hay democracia. Desde el 10 de diciembre del ´83 ha habido casi 4000 personas asesinadas por la policía en Argentina por torturas o fusilamiento, de esos 4000, 1900 son de la época kirchnerista, casi la mitad, y de esos hay casi 1000 de la época de Cristina. Estos son los que están documentados. Entonces hay déficit en materia de DDHH, hay déficit en cuanto a los abismos sociales, los ricos cada vez son mas ricos, y si bien los pobres no etán igual que en el 2001 -ha habido avances en este sentido- hay de todos modos desfasejes socioeconómicos muy fuertes; y fundamentalmente, la evasión de capital de los monopolios que es brutal en este momento, sobre todo de los bancos.”
Consultado por un oyente acerca de su opinión de los grupos y partidos de izquierda que se alinearon en 2008 con las patronales del campo, en el contexto de la lucha por la 125, Herman Schiller dijo: «Por supuesto que repudio a la izquierda que fue con la bandera roja a la Sociedad Rural, es una vergüenza. Pero yo me manifesté: ni con el campo ni con el gobierno; ni con los monopolios de Noble, La Nación, ni con los monopolios de Sergio Szpolsky.”
Luego agregó algunas consideraciones acerca de la actualidad de la izquierda argentina: “Es muy difícil la unidad. De todos modos la izquierda en algunos aspectos ha avanzado; por ejemplo, las únicas patadas en el culo que se le dieron a la burocracia sindical las dado la izquierda dentro de algunos sindicatos; por ejemplo se creó el sindicato de Kraft-Terrabusi, o el de los subtes, al margen de la tradicional burocracia corrupta que ya todos conocemos. Es decir, todavía estamos lejos de construir el partido de la revolución, pero yo creo que esta es la solución, la izquierda revolucionaria.”
También se aprovechó la oportunidad para que un periodista de su trayectoria, que ha investigado el tema en profundidad, diera su opinión del monopolio mediático Grupo Clarin: “Soy un crítico muy duro de Clarín desde hace muchos años, desde antes del kirchnerismo. Yo por ejemplo investigué los orígenes de Clarín, y son el lavado de dinero alemán. Roberto Noble, que tenía relaciones con el fascismo, que hacia apología de Mussolini, que participó de la dictadura contra Yrigoyen… Creó Clarín con dinero de la Alemania Nazi, de nazis que huían y que querían mimetizarse aquí… Había una revista muy Nazi en la época de la guerra, que nació en marzo del ´37 y terminó en enero del ´45 que se llamaba “Clarinada” era muy Nazi, estaba pagada por la embajada alemana, y es clausurada cuando el gobierno argentina le declara la guerra Alemania. La hipótesis de Emilio Corbière es que la revista Clarinada, clausurada en enero del ´45 reaparece con Clarín en agosto del ´45 a través de Roberto Noble.”
MR/OZ/GF/RG
24-09-12 HERMAN SCHILLER, PERIODISTA, LA SEÑAL
