Por Ariel Weinman *
La masiva movilización de ayer en la Plaza de los Dos Congresos en defensa de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en repudio a los decretos presidenciales y al brutal ajuste contra los trabajadores, los pequeños comerciantes y la industria nacional adelantan cómo y dónde será/es el escenario político en tiempos de la restauración liberal-conservadora: la calle y la plaza pública.
La reacción de algunos sindicatos, la CTA de los Trabajadores, el bloque de diputados del Frente Para la Victoria y movimientos populares kirchneristas puede entenderse como una natural reverberancia de la concentración de despedida de Cristina Fernández el pasado 9 de diciembre en Plaza de Mayo.
Pero la resistencia al programa del capitalismo financiero globalizado y los sectores exportadores que ya está reformulando las relaciones entre el trabajo y el capital a favor de éste, no puede quedar encerrado en la dicotomía kirchnerismo-antikirchnerismo.
La movilización popular frente al ajuste neoliberal debe dar cauce a las mayorías nacionales sin perjuicio de cuáles hayan sido las inclinaciones electorales de cada sector.
La calle y la plaza debe cobijar a todos sin excepción, para que la resistencia no sea comprendida como una reacción exclusiva de los partidarios del gobierno derrotado en las urnas.
Más que «resistir con aguante» como alentaba el locutor desde el palco en la concentración de ayer, resistamos con política para defender los derechos conquistados desde 2003 y perforar el estatuto legal del coloniaje.
(*) Panorama Federal / Radio Gráfica